Se trata de una arcaica criatura, que compartió un ancestro común con el Homo sapiens. Vivía en uno de los mejores lugares del mundo, las montañas de Altái, en Rusia.
¿Por qué es importante el Hombre de Denísova?
El hombre de Denísova (Homo denisova) es una especie extinta de “humanos arcaicos”. Pertenecen al género Homo, pero aunque no son humanos (Homo sapiens), tenemos algunos antepasados comunes. Al estudiar al hombre denisoviano, los científicos pueden adentrarse en las profundidades del ADN antiguo.
¿De dónde viene el nombre?
La cueva de Denísova está en las montañas de Altái, en Siberia y fue habitada desde tiempos prehistóricos - primero por Neandertales, luego por humanos. La cueva, de fácil acceso para los humanos sin ninguna habilidad para escalar, está situada cerca del agua y ofrece un refugio muy cómodo. El interior tiene un área de 270 metros cuadrados. Con el paso del tiempo, se formaron hasta 20 estratos arqueológicos en la cueva.
La riqueza arqueológica de la cueva se descubrió en la década de 1970. Los primeros restos de los Denisovanos fueron encontrados en 1984, 2000 y 2010, pero se pensó que eran restos de Neandertales. No fue hasta 2008, con el descubrimiento del hueso del dedo de una niña, que se identificó finalmente al hombre de Denísova.
¿Qué restos de los denisovanos se han encontrado?
Hasta este momento se han hallado en la cueva un hueso de un dedo, tres dientes, algunos fragmentos de hueso y un fragmento de cráneo. Además, en 1980 se encontró en el Tíbet una mandíbula parcial, que ha sido identificada como perteneciente a los denisovanos.
¿Qué es lo que hace tan único al hombre de Denísova?
El hueso del dedo encontrado en 2008 (identificado más tarde en 2017 como perteneciente a una niña de piel oscura y ojos marrones de 7 a 12 años) fue estudiado por un equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, dirigido por el genetista sueco Svante Pääbo.
Concluyeron que el ADN del hombre de Denísova difiere del ADN humano en 385 nucleótidos (bloques básicos del ADN), mientras que el ADN humano y el de Neandertal son sólo 202 nucleótidos diferentes. Básicamente, los denisovanos eran una antigua especie protohumana.
En febrero de 2019 se encontró un hueso del cráneo de un varón denisovano, lo que supone el último gran descubrimiento hasta la fecha.
¿Cómo eran los denisovanos? ¿Qué hicieron?
Tenemos muy, muy poca información sobre su apariencia. A juzgar por el tamaño de sus dientes y la mandíbula, los denisovanos eran más grandes que los humanos. Tenían piel oscura, sus mandíbulas eran más grandes y voluminosas y sus rostros eran más anchos que los de los humanos. Sin embargo, todavía no tenemos ninguna reconstrucción fiable de su apariencia.
Un estudio genético del año pasado muestra que vivían en las altas montañas del Tíbet. Los hallazgos de la cueva de Denísova también muestran que eran muy competentes en la fabricación de herramientas, y que superaban a los humanos contemporáneos, por no decir a los neandertales. Utilizaron huesos de aves como agujas y crearon joyas primitivas, como collares y brazaletes. Los denisovanos usaban complicadas técnicas de procesamiento de piedra: taladrado, lijado, pulido. Los humanos no alcanzaron este nivel de habilidad hasta la Edad de Bronce (a partir del 3.500 AC). Al parecer los denisovanos comerciaban materiales preciosos con poblaciones distantes.
Denisovanos, neandertales y humanos: ¿cómo están relacionados?
Los denisovanos y los neandertales tuvieron un ancestro común pero se separaron hace aproximadamente 390.000 años. El antepasado de este antepasado común, el Homo antecessor, probablemente vivió hace un millón de años.
Es posible que el origen de pueblo denisoviano esté en África hace unos 750.000 años y abandonaron el continente antes que el Homo sapiens. Viacheslav Ivanov (1929-2017), uno de los principales antropólogos e indoeuropeos de Rusia, pensaba que los denisovanos abandonaron África antes que los humanos y emigraron a Altái. Miles de años más tarde, cuando la especie Homo sapiens llegó a Altái se encontró con el pueblo denisoviano y se mezclaron, argumentó Ivanov.
Los denisovanos aún vivían en la cueva de Denísova hace 170.000-110.000. Hubo al menos dos grupos de denisovanos con 65.000 años entre ellos. Durante mucho tiempo, los denisovanos y los neandertales coexistieron en esta cueva e incluso se cruzaron. En 2018, los estudios mostraron que un fragmento de hueso de 2012 de una niña Denísova que tenía un 36,6% de ADN de Neandertal y el 42,3% de ADN denisovano. Lo que significa que la niña era un híbrido de primera generación de una madre neandertal y un padre denisovano.
En 2014, quedó claro que el pueblo tibetano puede adaptarse a los ambientes hipóxicos - de bajo oxígeno - típicos de las mesetas de gran altitud porque han heredado un gen de la vía de la hipoxia, EPAS1, de los antepasados denisovanos. Los datos de ADN sugieren que los denisovanos probablemente vivieron en el Tíbet y aprendieron a adaptarse a su entorno. Líneas de ADN de los denisovanos han sido descubiertas también en el ADN de los pueblos indígenas de Nueva Guinea. Datos arqueológicos y datos de ADN sugieren que las tres especies (el humano moderno, el neandertal y el denisoviano) vivieron en la cueva de Denísova en diferentes momentos y que las tres especies se cruzaron entre sí.
¿Llegó el ‘Homo sapiens’ a Rusia antes que a otros lugares de Europa?