Cuando los suecos lucharon por (y contra) la URSS en la Segunda Guerra Mundial

Voluntario sueco en el norte de Finlandia en febrero de 1940.

Voluntario sueco en el norte de Finlandia en febrero de 1940.

AP

A pesar de que la Unión Soviética nunca amenazó a la neutral Suecia, miles de suecos se dirigieron hacia el este para enfrentarse al Ejército Rojo.

En el curso de la Segunda Guerra Mundial, Suecia, que no había participado en ningún conflicto armado en los 125 años anteriores, se vio obligada a renunciar a algunos de sus principios respecto a política exterior, al menos en parte.

Por un lado, el fin de la política de neutralidad sueca fue resultado de las presiones del Tercer Reich. Por otro lado, se produjo un movimiento espontaneo frente a las acciones soviéticas.

“La causa finlandesa es la nuestra”

Estocolmo protestó enérgicamente contra el ataque soviético a Finlandia el 30 de noviembre de 1939. Los suecos temían que, si su vecino de frontera caía y era ocupado, su país sería el siguiente. Así, en lugar de su tradicional declaración de neutralidad, Suecia se proclamó a sí misma como estado “no beligerante”, lo que implicaba lo siguiente: el país no participaría en la Guerra de Invierno, pero se reservaba el derecho de ayudar a Finlandia de cualquier forma que considerara oportuna.

Cartel sueco de propaganda sueca. “La causa finlandesa es la nuestra. Para  una lucha mayor, únete al Cuerpo de Voluntarios

Columnas suecas salieron hacia Finlandia transportando suministros para reforzar la defensa. Entre otras cosas, el país nórdico recibió 800 minas navales, alrededor de 350 cañones de campo, antitanques y antiaéreos, 135.000 armas de fuego y más de 20 aviones. La sociedad sueca de entonces estaba tan empeñada en convencer a su gobierno para que ayudara a Finlandia que nadie pensó en cuál podría ser la reacción de Moscú.

Además, voluntarios suecos se movilizaron para luchar contra el Ejército Rojo, algo que en este caso era perfectamente legal: la neutralidad política del país no podía emplearse para prohibir a sus ciudadanos que, ejerciendo su libre albedrio, se uniesen a ejércitos extranjeros.

El Cuerpo de Voluntarios Suecos

Un total de 8.260 hombres se unieron al Cuerpo de Voluntarios Suecos, aunque no estuvo formado solo por suecos, pues en él se integraron 725 noruegos.

“Por puro idealismo, sentimientos fraternales, arribismo, ganas de aventuras, y posiblemente incluso el deseo de dotar de un noble fin a una vida sin esperanza”, contó Sven Rabe, uno de los voluntarios, citado por Lars Gyllenhaal en Svenskar i Krig 1914-1945 (“Suecos en la guerra”), al relatar las razones por las que muchos prestaron sus servicios voluntarios en la guerra contra los rusos.

Voluntarios suecos en Finlandia, 1940.

Los finlandeses no lanzaron a los suecos al ojo del huracán de los combates en el estrecho de Carelia. El cuerpo se dispuso a luchar en Laponia, una zona más tranquila del frente. En todos sus raros encuentros con el enemigo soviético, perdió 33 soldados. Mientras tanto, la fuerza aérea del cuerpo de voluntarios informó haber onseguido 12 victorias, perdiendo dos aviones propios.

El bando sueco no opuso una resistencia importante en los combates, pero según el historiador finlandés Erik Appel en su obra Finland i Krig (“Finlandia en guerra”), gracias a sus esfuerzos, la población finlandesa se sintió muy apoyada moralmente.

La guerra de Continuación

Cuando Finlandia se unió a la invasión de la URSS dirigida por Hitler en 1941, Suecia se vio con el corazón dividido. Para algunos no se trataba de una lucha por la supervivencia y la independencia, por lo que mucho menos estaban dispuestos a luchar contra los soviéticos, a diferencia de durante la guerra de Invierno.

Tropas del Batallón de Voluntarios Suecos en el sector de Hanko, sur de Finlandia, en julio de 1941.

Se creó el nuevo Batallón Hanko, llamado así por el archipiélago donde estas tropas fueron desplegadas para montar una ofensiva contra una base naval soviética. El número de veteranos de la guerra de Invierno que deseó unirse fue considerable. Según estos, se presentaban voluntarios para “para terminar el trabajo”. Después de que las fuerzas soviéticas evacuaran Hanko en diciembre de 1941, el batallón de voluntarios fue disuelto.

La siguiente unidad militar sueca que se unió a las filas finlandesas fue la compañía Svir, llamada así por un río cerca de Ládoga. Encuadrada en el seno del 13º regimiento de infantería finlandesa en febrero de 1942, el cuerpo de voluntarios fue mucho más lejos que su predecesor, luchando hasta la salida de Finlandia de la guerra, en septiembre de 1944.

Al servicio de Hitler

Un número mucho más modesto de suecos también se unió a las fuerzas alemanas. Unos 200-315 hombres se alistaron en las SS poco después del comienzo de la operación ‘Barbarroja’.

Los medios de comunicación suecos se refirieron sin cortapisas a estas personas como “nazis”, y, en la mayoría lo eran. El miedo a la “amenaza roja” los llevó al frente oriental “para luchar contra el bolchevismo y el judaísmo”.

Soldados de la 5ª División Panzer de las SS Wiking, agosto de 1944.

El mayor número de suecos estuvo presente en las divisiones SS Wiking y Nordland. Sin embargo, su número de efectivos no superaba el 10 por ciento en ninguna de las dos divisiones.

A medida que la suerte del Tercer Reich comenzó a agotarse, los casos de deserción entre los suecos crecieron. Para muchos, la barbarie de los alemanes en el Este fue un motivo importante para volver a casa.

Sin embargo, los últimos defensores de Berlín en 1945 incluyeron a varios soldados suecos entre sus filas.

Una nueva patria

Hubo más suecos luchando contra la Unión Soviética que los que la defendieron con armas. Estos últimos fueron sólo unos pocos cientos, y consistieron principalmente en suecos estonios.

Habiendo vivido en las costas del Báltico durante siglos, los suecos estonios se habían visto anexionados a la Unión Soviética en el verano de 1940, junto con las otras repúblicas bálticas. Poco después de la invasión alemana, 300 de ellos fueron movilizados por el Ejército Rojo.

Infantería del Ejército Rojo en acción.

En su mayoría, los suecos, en desagrado con el dominio soviético, desertaron en masa. Sin embargo, hubo quienes recorrieron el camino de la victoria, e incluso llegaron más allá de este. Así, el soldado Oscar Frieberg luchó no sólo en la batalla de Stalingrado, sino también contra los restos del ejército alemán en Curlandia en mayo de 1945, después de que se firmara su capitulación. 

Al principio, sin conocimiento de ruso, Frieberg tuvo que conversar con sus camaradas con gestos. “Al principio no entendía mucho, pero después de un tiempo, empecé a comunicarme fácilmente”, dijo. “No es que yo fuera el único así. Teníamos uzbekos, tártaros, había kazajos, a nadie le llamaba la atención que yo fuera sueco.”

Por el la dictadura del proletariado

A pesar del pequeño número de combatientes voluntarios suecos en el lado soviético, los que combatieron siendo comunistas, lo consideraron un gran honor.

Así, Fredrik Åberg se convirtió en tanquista de los rusos en la guerra de Invierno en el estrecho de Carelia. El “tovarisch sueco” vivía en la URSS desde la guerra civil. Más tarde, cuando la Segunda Guerra Mundial empezó, Åberg volvió a luchar por la Unión Soviética en la defensa de Leningrado.

Soldados soviéticos durante la batalla de Stalingrado

El sueco Pelle Hansson, llegó a la URSS desde Brasil en los años 30 para instalarse allí permanentemente. Participó en la guerra entre la Unión Soviética y Finlandia como ciudadano soviético, perdiendo su vida en el campo de batalla.

Uno de los suecos soviéticos más conocidos en la segunda guerra mundial fue Anders Gustavsson. Habiendo visitado la URSS a mediados de los años 20 como parte de una delegación comunista sueca, quedó sorprendido por lo bien que “se defendían los derechos de los trabajadores”, pronto se trasladó al país para vivir en este.

El Mayor Gustavsson, en su papel de traductor de alemán y miembro del departamento de propaganda, luchó en Leningrado durante el bloqueo de la ciudad, así como en la batalla por Stalingrado y la liberación de Crimea y Prusia Oriental, recibiendo la Orden de la Guerra Patria.

¿Sabías que aviones de la URSS bombardearon Estocolmo, capital de la neutral Suecia, en 1944? Pincha aquí para leer este curiosa (y poco conocida) historia. 

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