5 chistes tenebrosos atribuidos a Iósif Stalin

Arkadi Shaijet; Fortepan; Grigori Weil/Sputnik
Cuando Stalin reía, muchos hacían lo mismo, pero pocos reían con sinceridad.

El humor seco siempre ha sido considerado una especie de arma en manos de los tiranos, y Iósif Stalin no fue una excepción. No tenemos pruebas de que todos los chistes atribuidos a Stalin llegasen a ser pronunciados por este realmente. Pero, en cualquier caso, la esencia de estos chistes, con el tenebroso telón de fondo de las represiones y unas duras condiciones de vida, a veces nos aportan más información más sobre la vida en la Rusia estalinista que algunos libros de historia.

1. “Envidiar al camarada Rokossovski”

Lev Mejlis, un alto funcionario del Ejército Rojo, informó una vez a Stalin de que Konstantín Rokossovski (1896-1968)*, mariscal de la Unión Soviética, había sido visto con una mujer muy hermosa en público, y que dicha mujer resultaba no ser su esposa. “¿Qué hacemos?” preguntó Mejlis, esperando, aparentemente, poder llevar a cabo alguna orden contra Rokossovski. “¿Qué hacemos?” dijo Stalin con cierta sorna “Envidiar al camarada Rokossovski.”

* El mismo chiste se cuenta sobre el General Iván Cherniajovski (1907-1945).

2. "Falta una cabeza"

Almirante de la flota de la Unión Soviética Iván Stepanovich Isakov (1894-1967). Reproducción de una fotografía

Iván Isakov (1894-1967), Almirante de la Flota de la Unión Soviética y Viceministro de la Armada Soviética, recibió una llamada de Stalin en febrero de 1946. El Secretario General informó a Isakov de que sería ascendido a Jefe del Estado Mayor de la Armada Soviética.

- Camarada Stalin, debo informar que tengo un grave defecto, perdí una pierna en la guerra, - respondió Isakov.

- ¿Es ese el único defecto sobre el que desea informarme?

- Sí.

- Tuvimos un jefe de estado mayor al que le faltaba cabeza*, y cumplía con sus obligaciones. A usted le falta una pierna, y eso es insignificante. - concluyó Stalin.

* Stalin debía referirse al Almirante Vladímir Alafuzov (1901-1966), condenado en 1948 por espionaje y sentenciado a 10 años de prisión, rehabilitado en 1953, 2 meses después de la muerte de Stalin; o a Stepan Kucherov (1902-1973), depuesto en 1946 de Jefe de Estado Mayor de la Armada de la URSS a Comandante de la Armada del Caspio.

3. “¿Cuánto cuesta la Patria?”

Taller de ensamblaje de automóviles M-20 (

Se preparaba la creación de un nuevo coche soviético, el primer vehículo de pasajeros de producción en serie en la URSS después de la Segunda Guerra Mundial, que se llamaría “Rodina” (“Madre Patria”). Cuando su nombre fue presentado por primera vez a Stalin, inmediatamente este preguntó: “Muy bien, ¿y cuánto costará la Patria?" Después de eso, el nombre se cambió a 'Pobeda' (“Victoria”).

Los documentos confirman, sin embargo, que el coche se llamó "Pobeda" desde el principio, por lo que la historia detrás del chiste es un simple mito.

* Una sutil referencia a un traidor vendiendo el país.

4. "Si hay petróleo, habrá Baibakov"

Vicepresidente del Consejo de Ministros de la URSS, Presidente de la Comisión de Planificación del Estado de la URSS, diputado Nikolái Baibakov

Durante la Segunda Guerra Mundial, Stalin puso a Nikolái Baibakov (1911-2008), Ministro de la Industria Petrolera Soviética, a cargo de la búsqueda y el desarrollo de nuevos depósitos de petróleo, debido a la escasez de esta materia prima en el frente.

Baibakov se opuso, alegando que con sus limitados recuersos, la búsqueda de nuevos campos de petróleo era imposible.

“Si hay petróleo, habrá Baibakov. Si no hay petróleo, tampoco habrá Baibakov” respondió Stalin.

Poco después, se creó el campo Romashkino en Tataristán, Rusia, el mayor campo de petróleo de la cuenca del Volga-Ural, y se descubrieron grandes depósitos en Bashkortostan. Baibakov vivió hasta los 97 años. 

5. "Transmite la gratitud"

La Dacha de Stalin en Moscú

Este chiste se cuenta con diferentes personas, pero la esencia es la misma. Stalin se entera de que un funcionario de alto nivel se ha construido una casa de campo elegante, una dacha Stalin convoca al funcionario para un encuentro personal.

“- Camarada, lo único para lo que le he convocado es para transmitirle gratitud por la casa de acogida creada mediante la donación de su maravillosa dacha”, anunciaba Stalin al aturdido funcionario. No se producía, aparentemente, ninguna objeción.

Pincha aquí para conocer algunos chistes de la época Stalin por los que algunas personas fueron encarceladas.

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