Estos fueron los peores tanques soviéticos de la Segunda Guerra Mundial

Historia
BORIS EGOROV
Algunos de ellos habían prestado un buen servicio en los años 30, pero estaban obsoletos cuando los nazis invadieron la URSS. Los otros eran malos desde que comenzaron a ser construidos.

1. T-26

Más de 10.000 tanques ligeros T-26 se enfrentaron al avance del ejército alemán en junio de 1941. La principal fuerza de ataque soviética de los años 30, estaban completamente obsoletos cuando se desató la operación Barbarroja.

Armado con un cañón de 45 mm, el T-26 era efectivo contra los tanques Pz. I, Pz. II y Pz. 38(t) s, pero estaba completamente indefenso contra tanques más modernos y casi todos los tipos de artillería antitanque enemiga.

Durante los primeros meses de la guerra, miles de T-26 fueron perdidos en combate y por fallos técnicos. La mayoría de los tanques necesitaban reparaciones importantes, para las cuales no había el tiempo necesario.

Los soviéticos prefirieron no arreglar los T-26 dañados, sino reemplazarlos con los nuevos T-60 y T-70. Los tanques T-26 también fueron desplegados en partes más “tranquilas” del frente, como el soviético-finlandés. Además, más de 1.000 T-26 participaron en la invasión conjunta soviética-británica de Irán, en agosto de 1941.

Los T-26 combatieron hasta los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, incluso en operaciones contra los japoneses. Sin embargo, fueron utilizados por última vez en un gran ataque durante la Operación Koltso, que destruyó el 6º Ejército Alemán en Stalingrado a principios de 1943.   

2. T-60   

A diferencia del anticuado T-26, el T-60 era uno de los tanques más nuevos de la URSS al comienzo de la invasión alemana. Fue creado en agosto de 1941, y al mes siguiente ya estaba en producción en serie.

Pero “nuevo” no significa necesariamente “bueno”. El T-60 no logró cambiar el desarrollo de la guerra. El cañón automático ShVAK de 20 mm del tanque no representaba una gran amenaza para el blindaje militar enemigo, mientras que su fino revestimiento era fácilmente penetrado por los más débiles proyectiles de los tanques y la artillería alemana.

Debido a su motor de gasolina inflamable, los T-60s a menudo ardían como velas. Las tripulaciones de los tanques incluso inventaron un apodo para el tanque: “tumba para dos”.

Durante la batalla de Stalingrado, los  ShVAK se atascaban frecuentemente después de varios disparos debido al aire polvoriento. El T-60 tenía que luchar sólo con su ametralladora, poniéndolo al mismo nivel que los primeros tanques de la Gran Guerra.

A partir de finales de 1942, los T-60 se utilizaron principalmente como porta-municiones para los tanques T-34 y KV.

3. T-35

El único tanque de cinco torres producido en masa en el mundo, el T-35 era el tanque soviético más potente en la década de 1930. A menudo se le llamaba "”acorazado terrestre”.

Con una cañón de 76.2mm y dos de 45mm, y ametralladoras, podía desatar el infierno por cualquier parte. Sin embargo, su poderoso armamento era también su talón de Aquiles del T-35. El comandante del tanque no podía controlar eficazmente el fuego de las cinco torretas.

Una vez omnipotente, a principios de los años 40 el T-35 estaba completamente obsoleto. Era un lento monstruo de 58 toneladas, con una velocidad máxima a campo traviesa de 14 km por hora, y con un blindaje de sólo 20 mm era un blanco fácil para la artillería enemiga más moderna.

A pesar de esto, 49 de estas  bestias poco manejables seguían en servicio cuando estalló la guerra contra el Tercer Reich. La mayoría de ellas se perdieron en batallas en el oeste de Ucrania, aunque varias lucharon en la batalla de Moscú. Curiosamente, la última vez que se vio a un T-35 en combate, este servía a la Wehrmacht. Los alemanes usaron un tanque trofeo T-35 durante la Batalla de Berlín, en 1945, en la que acabo siendo destruido.

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