El avión más grande del mundo
“La construcción de un avión gigante de propaganda revitalizará nuestros métodos de agitprop a medida que el país alcanza nuevas alturas tecnológicas...”, escribió el periodista Mijaíl Koltsov en 1932. Bajo el patrocinio personal de Stalin, Koltsov fue la fuerza ideológica que impulsó el proyecto de construir el que entonces sería el avión más grande del mundo.
Con la intención de convertirse en el orgullo de la aviación soviética, esta maravilla voladora fue concebida como el avión de propaganda insignia de la Unión Soviética, y un elemento clave en la promoción del comunismo. Iba a ser equipado con una “voz del cielo” (un aparato de radio) y una maquinaria de impresión a bordo capaz de producir miles de folletos. Incluso se planeaba proyectar consignas en las nubes usando un reproductor de cine.
El avión gigante fue también un regalo simbólico para el literato más prominente del país, Maxim Gorki, que aquel año celebraba su 40º aniversario como escritor. Así fue como en 1934 el Tupolev ANT-20 ‘Maxim Gorki’ realizó su primer vuelo.
Un palacio volador
Durante los años 30 y en época posterior, las dimensiones del avión resultaban verdaderamente formidables. Desarrollado por el diseñador Andréi Túpolev sobre la base del bombardero TB-4, el ANT-20 medía 33 metros de longitud con una envergadura de 63 metros: 15 metros más que el avión más grande de la época, el hidroavión alemán Dornier Do X.
El avión estaba equipado con ocho motores de pistón M-34FRN de 900 hp. Inicialmente se planificó el dotarlo de seis motores, pero no eran suficientes para levantar el gigante de 30 toneladas.
Lo que le faltaba en velocidad (máx. 220 km/h), el ANT-20 lo compensaba en términos de confort, atípicamente alto para la aviación soviética de los años 30. En el interior de sus 100 metros cuadrados se podían acomodar hasta 48 pasajeros. Disponía de espaciosos sillones, alfombras, mesas con lámparas y cortinas en las ventanas.
Después de relajarse en las cabinas dormitorio, los huéspedes podían disfrutar de un bar bufé eléctrico que servía bocadillos fríos y calientes o leer en la biblioteca de a bordo. Para la comodidad de los pasajeros y la tripulación, existían baños, lavabos, una tienda de provisiones y un compartimiento de equipaje.
Arma de propaganda
El Maxim Gorki era capaz de servir como avión de transporte o de pasajeros, bombardero, centro de comando aéreo militar o como una versión soviética del Air Force One. El propósito principal del ANT-20, sin embargo, era la propaganda.
Sus creadores lograron implementar casi todas las ideas propuestas por Koltsov. La aeronave estaba equipada con una central telefónica automática con 16 números para la comunicación con departamentos gubernamentales en tierra firme. El sistema de correo neumático permitía al comandante intercambiar mensajes con el operador de radio y los periodistas de agitprop que se encontraban a bordo.
El ANT-20 también estaba equipado con un potente altavoz, un cuarto oscuro y una prensa que, gracias a una central eléctrica especial instalada en su interior, podía imprimir hasta 10.000 folletos por hora.
Sin embargo, la idea de proyectar eslóganes e incluso películas directamente sobre las nubes en pleno vuelo resultó técnicamente imposible, por lo que en su lugar se realizaron proyecciones cinematográficas en los aeropuertos.
Catástrofe
Lamentablemente, la vida de la gigantesca aeronave de agitación fue breve. Sólo logró un puñado de vuelos exitosos, siendo el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry testigo de uno de ellos cuando estaba de visita en Moscú.
En la primavera de 1935, el ANT-20 iba a ser entregado a la recién creada división de propaganda aérea de Gorki. Con motivo de este acontecimiento, se programó un vuelo ceremonial sobre Moscú para el 18 de mayo.
El avión despegó con 38 empleados de la fábrica constructora a bordo, operarios y miembros de sus familias, entre ellos siete niños. Fue escoltado por un bombardero R-5 y un avión de combate I-5 para mostrar claramente al público que se encontraba debajo lo enorme que era el Maxim Gorki.
Durante el vuelo, el piloto de I-5 Nikolái Blagin comenzó a realizar una maniobra acrobática muy cerca del ANT-20. Mientras hacía un bucle alrededor del gigante, perdió velocidad y se estrelló contra el ala derecha del Maxim Gorki, que volaba debajo.
Desmoronándose por inercia, 15 segundos más tarde el ANT-20 se estrelló contra las dachas de Sokol. El número de fallecidos fue de 49 personas: 38 pasajeros y 11 miembros de la tripulación, así como el piloto del I-5.
Durante la investigación encargada al NKVD se descubrió que, una hora antes del vuelo, dos representantes de los estudios cinematográficos, V. Riazhski y A. Pullin, habían insistido, sin el permiso de los oficiales de vuelo, en que Blagin realizara la acrobacia por el bien para algunas grandes producciones cinematográficas. Ambos fueron procesados.
¿Malditos?
La destrucción del Maxim Gorki no supuso el fin del proyecto en sí. Se decidió construir una nueva versión mejorada, el ANT-20bis, equipado con seis motores M-34FRNV aún más potentes (hasta 1.200 CV).
Sin embargo, el destino del nuevo gigante no fue menos trágico. Tras 272 horas de transporte de pasajeros y de carga, se estrelló el 14 de diciembre de 1942 en Uzbekistán. La tragedia se cobró la vida de 26 pasajeros y 10 miembros de la tripulación.
El proyecto fue finalmente abandonado, y ni el ANT-20, ni el ANT-20bis fueron nunca puestos en producción en serie.
Tampoco el promotor de la idea de un avión de propaganda gigante, Mijaíl Koltsov, sobrevivió por mucho tiempo a su idea. Habiendo caído en desgracia ante su bigotudo, benefactor fue arrestado y fusilado el 2 de febrero de 1940, por “participación en una conspiración contra el Partido Comunista y el poder soviético”.
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