Las 3 operaciones antiterroristas más famosas de las fuerzas especiales rusas

Historia
BORÍS YEGÓROV
El Grupo Alfa del FSB ha eliminado decenas de terroristas y ha salvado la vida de miles de civiles. Aquí te contamos algunas de las operaciones más conocidas.

1. Asalto del palacio Tajbeg

Una de las primeras operaciones del Grupo Alfa se convirtió en la más conocida de todas. En 1979, los dirigentes soviéticos decidieron eliminar al líder afgano, Hafizullah Amín, y reemplazarlo por otro mandatario más dispuesto a colaborar.

A los oficiales del Grupo Alfa, junto con colegas del GRU de las tropas especiales y soldados de la 9ª compañía aerotransportada (unos 700 hombres), se les había encomendado una tarea casi imposible: asaltar el bien protegido palacio Tajbeg en Kabul, donde Amín se escondía bajo la protección de casi 2.000 guardias.

Bajo el intenso fuego enemigo, los soldados soviéticos cruzaron la única carretera que conducía al palacio en varios vehículos blindados y consiguieron entrar por la fuerza. En medio de feroces tiroteos, despejaron habitación tras habitación, piso tras piso.

En tan solo 43 minutos, los oficiales terminaron con la mayoría de los guardias de Amín y tomaron varios cientos de prisioneros.

Durante la Operación Tormenta-333, como se conoció el ataque, fallecieron 20 combatientes y paracaidistas soviéticos. La parte afgana perdió hasta 400 hombres, incluido el objetivo principal: Hafizullah Amín.

“Esta fue la primera operación de este tipo para la Unión Soviética”, recuerda el veterano del Grupo Alfa, Alexéi Filátov. “Contradecía toda la estrategia militar, que establece que los atacantes siempre deben superar en número a los oponentes 3 o 4 a 1. Aquí, todo era al revés”.

2. Secuestro del Nord-Ost

El 23 de octubre de 2002, 40 terroristas chechenos tomaron una sala de conciertos en Moscú durante la presentación del musical Nord-Ost. Tomaron 916 rehenes.

Tras días de negociaciones fallidas, se tomó la decisión de lanzar un ataque con los grupos Alfa y Vímpel del FSB, que comenzó la mañana del 26 de octubre.

El mayor problema para los oficiales era el hecho de que toda la sala de conciertos estaba minada, y ante la más mínima señal de ataque, podía ser detonada por los terroristas, matando a todos los que estaban dentro.

Debido a las circunstancias, las autoridades decidieron bombear un gas nervioso a través del sistema de ventilación para neutralizar a los terroristas. Después de que los miembros de Alfa y Vímpel se colaran silenciosamente en el edificio, solo tuvieron unos pocos minutos para completar la operación.

“Se eliminaron todos los terroristas con disparos precisos de armas silenciadas. Disparamos sin fallar y dar en el cuerpo podía conllevar a la detonación de los explosivos. Por eso apuntamos a sus cabezas”, recuerda un exoficial. 

Se necesitaron cinco minutos para eliminar a todos los terroristas dentro de la sala y diez minutos más para acabar con los que lograron esconderse en las habitaciones adyacentes.

El asalto de Nord-Ost fue un duro desafío, incluso para los oficiales profesionales de Alfa y Vímpel: una zona llena de cientos de civiles con un riesgo muy real de detonar un explosivo. Sin embargo, sus acciones rápidas, eficientes y bien coordinadas salvaron la vida de 750 rehenes.

Como resultado de la operación, se eliminaron todos los terroristas, incluidas las terroristas suicidas. Lamentablemente, 67 civiles murieron durante el ataque y otros 63 en los hospitales. Muchos creen que el gas nervioso causó la muerte de la mayoría de los rehenes. Las ambulancias resultaron no estar preparadas para proporcionar una asistencia adecuada. 

3. Asalto a la escuela de Beslán

Esta fue una de las páginas más heroicas y trágicas de la historia del Grupo Alfa. El 1 de septiembre de 2004, 32 terroristas chechenos tomaron una escuela en Beslán, en Osetia del Norte.

1.128 personas, en su mayoría niños, se convirtieron en rehenes en unas condiciones insoportables y crueles.

Al tercer día del asedio comenzó un desenlace: varias explosiones sacudieron inesperadamente el edificio y muchos rehenes intentaron escapar de la escuela a través de los agujeros en las paredes. A los grupos Alfa y Vímpel se les ordenó que fueran a aportar su ayuda.

Los terroristas comenzaron a disparar contra los rehenes que huían y algunos oficiales los cubrían literalmente con sus cuerpos. Después de salvar a los que huyeron, los miembros de las fuerzas especiales corrieron hacia el edificio para salvar a los que habían quedado atrás.

Hubo una feroz batalla en cada habitación, pasillo y en cada piso. Los combatientes de Alfa y Vímpel se sacrificaron varias veces para salvar las vidas de los niños y maestros restantes.

“Un combatiente de las fuerzas especiales se arrastraba por la celosía”, recordó uno de los rehenes. “Al verlo uno de los terroristas nos arrojó algo. No conseguí instantáneamente lo que era. Pero un miembro de las fuerzas especiales saltó desde una ventana cercana y la cubrió con su cuerpo. Poco después hubo una explosión. El nombre del soldado que nos salvó a todos era Andréi Turkin”.

Durante el asedio a la escuela de Beslán murieron 314 civiles, entre ellos 186 niños. 31 terroristas fueron eliminados y uno fue capturado vivo.

Los grupos Alfa y Vímpel perdieron diez combatientes, el mayor número de bajas sufrido por las fuerzas especiales rusas en una batalla.

Cómo se entrenan las fuerzas especiales para destruir a los terroristas. Aquí lo puedes ver en fotos.