En el centro de entrenamiento de Chechenia se realizó a principios de mayo un ejercicio para las unidades de fuerzas especiales de Rusia y de los países de la CEI. Las tropas de élite se reunieron aquí para compartir experiencias.
Como parte del ejercicio, los instructores de la Universidad de las Fuerzas Especiales de Rusia recrearon varias situaciones peligrosas. La tarea de los comandos consistía en destruir a “los militantes” y salvar a los civiles.
Un grupo de operativos toman posiciones de combate y bloquean todas las entradas y salidas de una casa residencial. En las ventanas y puertas aparecen los “terroristas”, que deben ser eliminados. La tarea consiste en destruir a los “militantes” sin asaltar el edificio.
Se trata de una simulación de una operación de búsqueda y destrucción llevada a cabo lejos de las ciudades y de cualquier zona residencial. En este escenario los “militantes” capturan a un diplomático de alto rango y se lo llevan a su base en las montañas. Los equipos de reconocimiento encuentran la base y transmiten la información al cuartel general, que envía un helicóptero con un destacamento de fuerzas especiales. Primero un francotirador mata a los guardias en el perímetro exterior desde el helicóptero, después un equipo de asalto, utilizando la caída rápida, cae en el área, mata a todos los “terroristas” que están en el edificio y libera al diplomático.
Esta operación se realiza en una zona forestal, en la montaña. Un equipo de comandos debe cruzar un río de montaña tras una travesía. Deben encontrar el campamento de los “militantes” y destruir a todos los “terroristas” de la zona.
Se trata de una recreación de una lucha en el desierto del Sahara a principios de la década de 1990. Los comandos deben atravesar las defensas enemigas en vehículos de asalto (en este caso, buggies) y destruir a todos los “militantes”, que se han refugiado en el desierto.
La tarea simula una operación para rescatar a un grupo de personas en un club nocturno tomado por los “militantes”. Los comandos tienen que liberar a los rehenes, rodeados de música fuerte, mucho lío y maniquíes, que tienen que separar en “buenos y malos” en diferentes habitaciones, con las luces apagadas y cegados por los focos.
Se trata de la imitación de una batalla, en la que los comandos están sufriendo bajas. En el escenario del ejercicio, uno de los soldados resulta herido y sus compañeros deben sacarlo del área de disparo y llevarlo a una zona segura y prestarle primeros auxilios.
Un francotirador debe localizar un convoy de “militantes” en las montañas y matar a su líder con un disparo en la cabeza. Después, el resto del grupo se une a la acción y destruye al resto de los “terroristas”.
Esta es una situación inversa: “los militantes” atacan a los comandos mientras viajan en buggies a lo largo de una ruta establecida en las montañas. Obviamente, durante el ejercicio los comandos no están bajo fuego real: solo tienen blancos disparando delante de ellos mientras se mueven, a los que deben disparar desde buggies de asalto.
Se trata de una imitación de una batalla en una zona montañosa y boscosa al atardecer. Los comandos sólo pueden utilizar dispositivos de visión nocturna para ver a los “militantes” que se mueven por el suelo. Carecen de linternas o de algo por el estilo. Además, los comandos deben pasar por una zona minada, donde los “terroristas” han colocado bombas de trampa y minas.
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