El 18 de julio en la Embajada de Perú en Rusia se inauguró la exposición dedicada al Día de solidaridad ruso-peruana. Esta fecha recuerda la misión que realizó la URSS para ayudar a la población de región peruana Ancash, que había sido gravemente afectada por el devastador terremoto ocurrido el 31 de mayo de 1970. La catástrofe prácticamente borró algunas ciudades de la faz de la tierra y dejó al menos 100.000 muertos.
“Hay un dicho ruso que dice que es en las adversidades donde se conocen las amistades: en cuanto el pueblo peruano sufrió la catástrofe, los soviéticos no dudaron en prestar ayuda”, afirmó Dmitri Belov, vicedirector de Departamento de América Latina.
La URSS envió a la capital peruana aviones Antéi que llevaban a bordo a médicos, medicamentos, un hospital de campaña, alimentos y objetos de primera necesidad. También visitaron el país andino el grupo musical Amistad y la cantante soviética Edita Pieja, con el objetivo de apoyar a los afectados psicológicamente. Precisamente en la exposición se puede ver una fotografía de aquel concierto en Lima, además de otras imágenes, recortes de prensa, diarios y material de archivos personales.
Junto a las cartas de agradecimiento del Gobierno peruano a los soviéticos podemos encontrar también notas de las condolencias dirigidas a ellos. El hecho es que la URSS sufrió una catástrofe ese mismo verano: un avión An-22 N02-07 Antéi, uno de los cincos aparatos implicado en prestar la ayuda humanitaria, desapareció el 18 de julio de 1970 en el Atlántico con 22 pasajeros a bordo.
Serguéi Boyárintsev, hijo del comandante Alexánder Boyárintsev, asiste cada año a una ceremonia conmemorativa en el cementerio Novodévichi en la que también participan familiares de otros fallecidos en la catástrofe aérea.
El embajador de Perú en Rusia, Luis Arteaga, subraya que los peruanos recuerdan el gesto soviético de solidaridad y espera que “un hecho tan heróico permanezca vivo en la memoria y sea recordado por muchas generaciones”.