Palacios para el pueblo: los balnearios más populares de la URSS

Antes de la Revolución los únicos que podían permitirse descansar en balnearios eran los miembros de la nobleza. El Gobierno soviético cambió esta situación y envió a los miembros más importantes de la sociedad –los campesinos, soldados y trabajadores– a las zonas de costa.

Millones de ciudadanos soviéticos agradecieron a Lenin la posibilidad de ir a los balnearios. Fue él quien firmó el decreto “Distritos Médicos de Importancia Nacional” en 1919. Se decidió utilizar las costas de Crimea y del mar Negro. Por ejemplo, en 1925, en la lujosa residencia de verano de los tres últimos emperadores rusos, el palacio de Livadia, se construyó un balneario para agricultores.

A los agricultores de todo el país se les ofrecían plazas gratuitas en balnearios. Incluso el viaje era sin pagar. El tratamiento duraba seis semanas e incluía, entre otras cosas, la curación con el aire relajante de Crimea y caminatas por el sendero de Sol (Zar) de 7 km a través de un bosque de pinos.

Se levantaban a las 7 de la mañana, hacían ejercicio al aire libre, desayunaban y comenzaban el tratamiento. El billar, el ajedrez y la lectura eran los pasatiempos habituales. 

En Livadia se abrió un pequeño museo que mostraba los objetos personales de los zares. En cada objeto expuesto los bolcheviques colgaban una etiqueta con el precio para que los agricultores se sorprendieran por el lujo y se regocijaran con la Revolución.

El palacio de Livadia alberga actualmente un museo dedicado a los Romanov y a la Conferencia de Yalta, celebrada durante la Segunda Guerra Mundial, en la que participaron Stalin, Churchill y Roosevelt.

A finales de la década de 1920, en el sur de Crimea se habilitaron balnearios por alojar a 10.000 personas. A mediados de la década de 1930, podían alojar a 20.000.

Los balnearios de Livadia comenzaron entonces a especializarse en cardiología (uno de ellos sigue funcionando hoy), mientras que en Eupatoria, también en Crimea, se han tratado con barro problemas de las articulaciones desde el siglo XIX.

En la década de 1930, Crimea se volvió demasiado pequeña para los turistas. Empezaron a construirse algunos balnearios en Sochi. Allí se encuentra una de las dachas de Stalin, a quien le gustaba especialmente este lugar. La foto muestra el lujoso balneario de Ordjonikidze. ¿Cuál es la diferencia con un palacio imperial?

El balneario de Voroshílov, que constaba de siete edificios y en el que se instaló un funicular especial para transportar a los turistas a la playa. El proyecto del arquitecto Mirón Merjánov recibió el gran premio en la Exposición Universal de París de 1937.

Los tratamientos no solo se organizaban cerca del mar. Los criterios principales para elegir un lugar eran el aislamiento y la naturaleza. Este es el comedor del balneario de Cheliábinsk para los soldados heridos y desmovilizados. Las comidas comunes y a horas fijas son el sello distintivo de todos estos establecimientos.

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