Antes de que la Revolución rusa se convirtiera en un caos de masacres y una brutal guerra civil, era posible encontrar en ella momentos positivos e incluso divertidos.
Una de las personas con actitud humorística hacia los acontecimientos revolucionarios fue el artista ruso Vladímir Taburin.
En 1917 emitió una serie de postales llamadas “Niños políticos” que instantáneamente se volvieron, digamos, virales.
Los partidos y grupos políticos enfrentados en Rusia fueron representados por el artista como niños inocentes de ojos grandes.
Sin embargo, algunos de estos simpáticos niños no eran tan indefensos. Armados con pistolas y bombas, representaban una amenaza real.
Así es como Taburin representaba los movimientos de los anarquistas, socialistas-revolucionarios y socialistas judíos, conocidos como “bundistas”, que no tenían escrúpulos en usar métodos de terror para lograr sus objetivos.
El niño más enojado es sin duda el bolchevique, que está mirando maliciosamente al niño menchevique, que es mucho más pequeño. Los bolcheviques (“mayoritarios”) y mencheviques (“minoritarios”) aparecieron en 1903, cuando el Partido Laborista Socialdemócrata Ruso se dividió debido a conflictos internos.
Los “niños políticos” no fueron la primera experiencia de Taburin de representar a los adultos como niños. Durante la Primera Guerra Mundial emitió una serie de postales en las que soldados de las naciones beligerantes se mostraban como infantes.
Después de que los bolcheviques tomaran el poder en noviembre, el país inicio el recorrido por un largo, despiadado y doloroso conflicto interno, donde ya no habría lugar para la diversión.
Ante el nuevo clima imperante, las divertidas postales de Taburin empezaron a parecer unas tonterías y pronto fueron olvidadas.
Pinchando aquí puedes ver una serie de postales que representan a los soldados de la Primera Guerra Mundial como si fuesen niños.