“Nos sentaremos en el mar, esperando que mejore el tiempo”. El 8 de febrero de 1904 la Armada de Japón atacó a la Flota Rusa del Pacífico en la base de Port-Arthur sin declararle la guerra. Este fue el comienzo de la guerra ruso-japonesa y del asedio de 11 meses a la base. Como muestra el dibujo, los japoneses recibieron el apoyo activo del Reino Unido y de EE UU.
“El emperador japonés y sus astutos amigos”. Lo que insinúa este cartel ruso es que las potencias occidentales acorralan a Japón y lo empujan hacia una guerra con Rusia, pero en realidad lo que hacen es llevarlo al abismo.
“El teniente Yamanaka, artillero principal de nuestro barco Fuji, disparando valientemente durante la batalla naval cerca de Port-Arthur”, dice este cartel japonés.
Las expectativas de Rusia en esta guerra eran grandes. La realidad, sin embargo, no fue tan alentadora.
“¡Deja Corea, salva a tu flota! ¡Vete a Nagasaki!”. EE UU y el imperio Qing observan a un cosaco castigando a un marinero japonés durante la batalla de Port-Arthur.
“Para perseguir el dinero”. El Tío Sam fue uno de los principales partidarios de la agresión japonesa contra el Imperio ruso, según muestra este cartel.
Ohashi Keykishi, soldado de la Guardia Imperial japonesa, aterrando a cosacos rusos.
“Cómo un marinero ruso corta una nariz japonesa”. El cartel relata alegóricamente la historia del barco ruso Silni (El fuerte), que impidió que los barcos japoneses rompieran las defensas de Port-Arthur, destruyendo con un torpedo “la nariz” del barco que iba primero.
Uno de los pocos éxitos rusos durante la guerra con Japón. Durante el asedio ruso a Port-Arthur se enteraron de que dos acorazados japoneses –Hatsuse y Yashima– hacían cada día la misma ruta en sus misiones de patrulla. El minador de Amur se valió de la niebla para minarla en secreto y las dos naves fueron destruidas al día siguiente.
La Armada Imperial Japonesa es invencible, aparentemente.
“Desayuno del cosaco”.
“Lluvia pequeña deja gran polvo”. Otro cartel sobre el asedio de Port-Arthur con el Tío Sam al fondo.
“Un puño y un látigo saben a quién golpear”.
“Los japoneses atacan la cartera estadounidense”.
“¡Ayuda con necesidades militares!”
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