1. Los primeros bares de la URSS aparecieron tras la celebración del 6º Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en 1957. Ese año Moscú fue la ciudad anfitriona. Los cafés soviéticos no satisficieron a los asistentes, por lo que se iniciaron una serie de reformas para cambiar la situación. Así fue al menos para los turistas. En algunos hoteles se abrieron los llamados bares de divisas, que estaban dirigidos a quienes venían de los países capitalistas. Había también bares para extranjeros en barcos de pasajeros.
2. La creación de bares no solo mejoró la imagen del país, sino que también supuso una fuente de ingresos para el Estado. Gracias a ellos, se produjo una importante entrada de divisas, ya que los extranjeros gastaban mucho dinero allí, al contrario que los rusos, a quienes no se les permitía acceder.
3. El principal problema a la hora de organizar un café de tipo occidental era la falta de muebles y de equipos adecuados. En San Petersburgo, en el Grand Hotel Europa, utilizaron un aparador de roble que había pertenecido a Nicolás II. Las botellas se colocaban en la parte superior, mientras que la inferior se convirtió en una elegante barra. Los visitantes siempre se fijaban en la firmeza y solidez que tenía.
4. Los camareros carecían de textos profesionales. Solo tenían dos opciones, leer revistas extranjeras que se encontraban en bibliotecas o encargar libros del extranjero. No fue hasta 1978 que apareció la primera instrucción para los camareros soviéticos. Contenía más de 7.000 recetas.
5. Para un hombre soviético corriente, la palabra “bar” hacía referencia a los vicios del mundo capitalista. Por eso la mayoría de los camareros evitaban hablar de su trabajo. Los únicos que sabían a qué se dedicaban eran las personas más cercanas.
6. Se les llamaba bufétchik y acabaron por extenderse mucho. En 1967, Alexander Kudriávtsev, una de las mayores figuras de la industria de bebidas, escribió una carta a los funcionarios y, para su sorpresa, las autoridades le hicieron caso. Desde entonces la profesión de barman fue reconocida oficialmente en la Unión Soviética.
7. Yuri Shadzilovski se convirtió en 1982 en el primer barman soviético en participar en un concurso internacional, que se celebró en Praga. Tomó parte en todas las categorías posibles y tuvo que preparar un trago largo, uno corto, uno caliente, uno sin alcohol y un cóctel de autor con tres porciones... y todo en tan solo 15 minutos. Yuri obtuvo la medalla de oro por el trago corto y las medallas de plata en el resto de categorías.
8. Los bares fueron utilizados por el gobierno soviético como instrumento de propaganda. En 1965, en la pequeña ciudad de Borisoglebsk, en la frontera entre la URSS y Noruega, se abrió un bar de lo más inusual, los escandinavos podían ir allí sin visado.
El periódico Pravda explicaba: “A los extranjeros se les permitía beber todo lo que podían y pagar menos que en los cafés noruegos”. El bar fue utilizado para hacer exposiciones históricas y mostrar películas sobre el comunismo. Solo funcionó durante 59 días. Se cerró porque Noruega tenía miedo de arruinar su reputación durante la Guerra Fría e impidió que fueran sus ciudadanos.
9. Todos los camareros que trabajaban con extranjeros estaban obligados a cooperar con el KGB y a unirse al Partido Comunista. La selección era muy estricta. Para poder hacer cócteles a los extranjeros había que hablar varios idiomas y ser la encarnación de las virtudes soviéticas. Los camareros informaban a los agentes sobre los clientes y sobre sus conocidos soviéticos, en especial sobre las chicas locales que querían “establecer relaciones internacionales”.
10. La decisión de instalar minibares en las habitaciones de los hoteles para extranjeros en Moscú y San Petersburgo se tomó después de los Juegos Olímpicos de 1980, cuando se recibieron algunas quejas sobre la falta de este servicio. Se tardaron cinco años en cumplirlo. Fue necesario encontrar pequeñas y elegantes neveras, además de la producción de botellas pequeñas con alcohol de calidad. Los minibares en la URSS aparecieron en 1985.
11. A los soviéticos no se les permitía entrar en los bares para extranjeros, incluso a los diplomáticos se les recomendaba que no lo hicieran, para que no arruinaran la imagen del país comunista mostrando que aceptaban el estilo de vida occidental.
Hasta los años 70, los únicos lugares en los que un ciudadano soviético podía beber alcohol eran los restaurantes y las llamadas riúmochnaia, cuyo nombre puede traducirse como “sitio para tomar tragos de vodka”. Eran diferentes de los bares que todos conocemos. No había asientos y se bebía en mesas altas. Además, no había ninguna variedad ni de bebidas ni de comida: sólo se servían sándwiches y vodka.
El primer bar para gente común tuvo muy buena acogida. La bebida más cara era el cóctel favorito de Ernest Hemingway: el daiquiri. Costaba 2 rublos y 1 copec, el equivalente a 17 kg de zanahoria en ese momento.
12. Durante la época soviética, el vodka y los zumos de arándano y abedul se convirtieron en los componentes clave de los cócteles rusos. Según la Asociación de Camareros de San Petersburgo, eran muy apreciados por los extranjeros como algo peculiar y exótico.
13. Los primeros bares en el aeropuerto Sheremétievo-2 comenzaron a funcionar en 1980, cuando se celebraron los Juegos Olímpicos. Quienes servían tenían que ser amables y atentos. Fue un gran desafío para el sector hostelero soviético.
14. En los años 70 los bares soviéticos para extranjeros se convirtieron prácticamente en el primer lugar donde se aceptaban las tarjetas bancarias. Los funcionarios de Inturist (la principal organización que regulaba el turismo) y del Banco Económico Externo instruyeron a los camareros sobre cómo procesar los pagos sin efectivo.
15. En la URSS se creó una original teoría para hacer cócteles. Cada uno de los 55 grupos de bebidas, tenía su propia fórmula algebraica, que sigue siendo útil tanto para preparar cócteles conocidos como para inventar otros. Los componentes se nombran con letras y la proporción se marca con números.
Descubre cinco cosas con las que soñaba un ciudadano soviético de a pie.