Los 5 restaurantes más antiguos de Moscú

Servicio de prensa del Hotel Metropol
Te contamos en qué restaurante moscovita el poeta Serguéi Yesenin confesó su amor a la bailarina Isadora Duncan, y en qué local le gustaba cenar al líder soviético Iósif Stalin. Estos restaurantes siguen funcionando hoy en día.

1. Yard

El restaurante más antiguo de Moscú fue inaugurado en 1826 en Kuznetski Most por el francés Tranquille Yard, que le dio el nombre. El restaurante cambió de lugar varias veces, pero desde 1910 se encuentra en Leningradski Prospekt.

Yard atraía a la élite cultural con exquisitos platos elaborados por chefs franceses, lujosos interiores y cante gitano. El poeta Alexánder Pushkin inmortalizó las “trufas de Yard” en uno de sus poemas. Y al bajo Fiódor Shaliapin, según una leyenda, le gustaba venir aquí en víspera de los estrenos en el Teatro Bolshói, cantar desde el balcón de la sala principal y luego organizar juergas con los visitantes. Al día siguiente, todo Moscú hablaba de él y la sala de concierto se llenaba a tope. No había que preocuparse por la integridad de los interiores, el restaurante tenía una lista de precios por daños materiales y otros “privilegios”: untar la cara de un camarero con mostaza costaba 120 rublos, y lanzar una botella contra un espejo veneciano, 100 rublos.

En el restaurante había un palco imperial, sin embargo, la realeza no lo visitaba, aunque Grigori Rasputin frecuentaba este lugar, así como los escritores Maxim Gorki, Alexánder Kuprín y otros.

Tras la Revolución de 1917, el restaurante fue cerrado y su edificio albergó un cine, un gimnasio, un hospital y otros establecimientos. En 1952 el hotel Sovétskaia con el restaurante Sovetski se inauguraron en el edificio. A Iósif Stalin y a sus invitados les gustaba visitarlo. El restaurante recuperó su antiguo nombre en la década de 1990.  

Hoy en día, los visitantes del Yard aún pueden disfrutar de una comida en un restaurante imperial de principios del siglo XX: techos altos de 12 metros, estuco, pan de oro, una lámpara de araña como en el Teatro Bolshói, una fuente en la terraza de verano.

El menú incluye platos rusos y europeos: sugudái de muksún, ensalada Olivier según antigua receta, borshch “De la vieja Moscú” con ternera, kokil (bocadillo caliente) con cangrejo y esturión bajo salsa de nata y queso, pirozhkí.

Precio medio: 2500 rublos.

Dirección: Leningradski Prospekt, 32/2, Hotel Sovetski.

https://yar-restoran.ru/

2. Metropol

Restaurante del Hotel Metropol.

Este restaurante abrió sus puertas en 1905 en el hotel del mismo nombre situado en pleno centro de Moscú. Se construyó por iniciativa del millonario Savva Mámontov.

El hotel y el restaurante guiado por un chef francés resultaron muy atractivos para huéspedes ricos y famosos. Aquí todo se hizo según la última tecnología: hornos para panes franceses y galletas, neveras con hielo, ascensores y otras innovaciones tecnológicas de la época. Por no hablar del interior: una enorme escalinata, cúpulas de cristal, vidrieras y una fuente de mármol.

Restaurante del Hotel Metropol.

Fue aquí donde el poeta Ígor Severianin escribió su famoso poema Obertura. Piñas en champán, y Serguéi Yesenin confesó su amor a la bailarina Isadora Duncan. Más tarde, en la segunda mitad del siglo, el mundialmente famoso violonchelista Mstislav Rostropóvich y la cantante Galina Vishnévskaia se conocerían aquí. Pero la historia del Metropol no sólo tiene que ver con la abundancia y el amor.

Tras la Revolución de 1917, el hotel, gravemente dañado por los bombardeos, albergó oficinas gubernamentales y funcionarios, y parte del hotel se convirtió en pisos comunales. En el escenario del Metropol intervinieron figuras revolucionarias como Vladímir Lenin y Lev Trotski. Durante varias décadas el restaurante perdió su glamur, pero siguió funcionando.

Restaurante del Hotel Metropol.

Ahora el restaurante ha sido restaurado, y todos los visitantes pueden volver a disfrutar de la decoración de la sala, así como de platos europeos y de la cocina tradicional rusa.

Precio medio: 2500 rublos.

Dirección: Teatralni proyezd, 2.

https://metropol-moscow.ru/en/restaurants/

3. Savoy

Otro restaurante del hotel del mismo nombre se encuentra cerca del Teatro Bolshói desde 1913. Es cierto que al principio el hotel se llamaba Berlín y el restaurante Café de Viena. Cuando las relaciones con Alemania se deterioraron durante la Primera Guerra Mundial, apareció el nombre de Savoy.

Los principales visitantes eran moscovitas bohemios: bailarines de ballet, periodistas y escritores. Ellos, igual que los visitantes modernos, observaban pinturas en las paredes, molduras, techos de espejos dorados y otros elementos de lujo. Y, por supuesto, una fuente escalonada con un cuenco de mármol, creada según un boceto del artista Mijaíl Vrúbel.

Los jóvenes ricos de Moscú bebían aquí coñac e incluso champán Veuve Clicquot, comían viandas de ultramar, escuchaban música y bailaban.

Los visitantes modernos deberían probar los platos de marisco del Savoy: ceviche de vieiras con frambuesas y salsa de trufa, falanges de cangrejo con strachatella o albóndigas de trucha con caviar rojo y salsa Bisque.

Precio medio: 2600 rublos.

Dirección: Calle Rozhdéstvenka, 3/6, edificio 1.

https://savoy.rest/

4. TsDL (Casa Central de Escritores)

En este museo-restaurante desde la entrada uno se sumerge en la atmósfera de una mansión aristocrática, donde se han conservado cuidadosamente muebles antiguos y elementos de decoración de los siglos XIX-XX. Por ejemplo, el salón Dubovi (“De roble”) tiene dos niveles con vidrieras y una gran araña de cristal, y el salón Kaminni (“De chimenea”) cuenta con chimeneas del siglo XIX.

El restaurante abrió sus puertas en los años 30, pero se hizo especialmente popular en los 60, cuando se permitió a jóvenes autores escribir sus poemas en las paredes. Los poetas Andréi Voznesenski, Robert Rozhdéstvenski, Yevgueni Yevtushenko y otros dejaron su huella aquí. Sus autógrafos y dibujos aún pueden verse en la sala Pióstri (“De diferentes colores”).

En el restaurante hay que probar el áspic de lucioperca, el paté de pintada en manzana glaseada, la sopa de setas con cebada perlada, la ensalada templada con berenjenas y crema de queso, pelmeni de carne de ciervo, albóndigas de Pozharski con patatas y setas ostra, y de postre el sírniki del Kremlin y la tarta Kiev con helado de nueces.

Precio medio: 2500 rublos.

Dirección: calle Povarskáia, 50/53, edificio 1.

https://restcdl.ru/en

5. Uzbekistán

Inicialmente, en el lugar del restaurante moderno Uzbekistán había una taberna popular en Moscú, un poco más tarde se abrió aquí un café francés, y después de la revolución apareció un comedor de oficiales. Después de la Gran Guerra Patria muchas repúblicas de la URSS abrieron sus restaurantes en Moscú, y en 1951 la RSS de Uzbekistán inauguró el restaurante Uzbekistán.

Durante los años soviéticos fue muy popular: a los actores, cantantes y poetas les encantaba cenar aquí. Pero la gente corriente prácticamente no podía entrar y se limitaba a disfrutar de los cheburek tan propios de la cocina local.

En 1997 el restaurante se renovó, se le dio un toque oriental, así que ahora los clientes pueden disfrutar plenamente de cómodos sofás, muebles tallados y alfombras hechas a mano.

El menú incluye platos uzbekos, panasiáticos y caucásicos: pilaf, shashlik, kazi (salchichón casero de carne de caballo), lagman, panes planos, cheburek, samsá y, por supuesto, té uzbeko de un bol y dulces orientales. Todo ello acompañado de un ambiente festivo: música en directo y danza del vientre.

Dirección: calle Neglínnaia, 29, edificio 5.

Precio medio: 3000 rublos.

www.uzbek-rest.ru

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