¿Por qué la Epifanía se celebra en invierno y no en verano? Los rusos nos bañamos en un agujero en el hielo, ¿siguiendo a Jesús? No son preguntas tan sencillas como parecen.
La Epifanía del Señor es una fiesta cristiana establecida en honor del relato evangélico sobre el bautismo de Jesucristo en el río Jordán por Juan el Bautista. En la Iglesia Ortodoxa se celebra el 6 (19) de enero. ¿Por qué se eligió esta fecha?
La "Enciclopedia Ortodoxa" apunta dos hipótesis principales. Según la primera, las fiestas de Navidad y Epifanía solían ser una misma fiesta, que sustituía a la antigua fiesta pagana del solsticio: el 25 de diciembre en el antiguo calendario y el 6 de enero en el calendario juliano.
Según la segunda hipótesis, el 6 de enero se recibe mediante complejos cálculos cronológicos y se relaciona con las fechas de la muerte de Cristo y la Pascua judía. La Epifanía se celebra exactamente por separado en la Iglesia Ortodoxa -en la Iglesia Católica y otras iglesias orientales esta fiesta se llama "Epifanía" y está más dedicada al acontecimiento de la adoración de los Reyes Magos, no al bautismo de Jesús en el río Jordán.
Según el Evangelio, cuando Jesús se acercó a Juan, que estaba bautizando a la gente en el río Jordán, el Bautista se sorprendió y dijo: "Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?". A lo que Jesús respondió que "es necesario para que cumplamos toda justicia" y fue bautizado por Juan. Durante el bautismo, según el Evangelio, el Espíritu Santo descendió sobre Jesús del cielo en forma de paloma, y una voz del cielo dijo: "¡Tú eres mi hijo amado; en ti me complazco!".
De este modo, Jesús dio ejemplo a todos sus seguidores. Como escribe el teólogo Alexánder Moiséienkov, "el mismo rito se realiza para enfatizar la conexión entre Él y los que creen en Él" , cualquiera que haya pasado por el rito del bautismo está conectado a Dios.
El bautismo en el cristianismo no es sólo una celebración, sino un sacramento independiente asociado al nombramiento de la persona bautizada en Cristo. Durante el sacramento, el sacerdote utiliza agua bendita: sumerge en ella tres veces a la persona que va a ser bautizada (normalmente si se trata de un bebé) o la rocía (moja) con agua bendita si es un adulto.
El agua bendita (hagiasma) es agua santificada con una oración especial y el rito de la consagración. Esta tradición en el cristianismo se conoce desde los siglos II-III. Juan Crisóstomo, en su sermón del año 387, decía: "En esta fiesta, a medianoche, todos, después de haber recogido agua, la llevan a casa y la conservan durante todo un año... La calidad de esta agua no se deteriora con el paso del tiempo; al contrario, el agua recogida hoy permanece intacta y fresca durante todo un año, y a menudo dos o tres".
La consagración del agua es de grandes cantidades (en la Epifanía) y pequeña (en diferentes días del año en las iglesias, en las oraciones de santificación del agua). En la Epifanía se santifica el agua con una solemne procesión a los depósitos de agua, conocida como "ir al Jordán". El agua se consagra durante dos días: la víspera de la Epifanía, el 18 de enero, y el mismo día de la Epifanía. El agua consagrada según la "gran" orden de la consagración sólo puede beberse en ayunas, tras una oración especial.
Los teólogos cristianos son unánimes: los baños bautismales no son una tradición cristiana. No "lavan los pecados", como se suele creer. Ya en 1892, el escritor espiritual ruso Serguéi Bulgákov señalaba: "especialmente los que se bañan en Nochebuena disfrazados, adivinando el futuro y demás, atribuyendo supersticiosamente a este baño el poder de limpiar de estos pecados".
Por cierto, en San Petersburgo, durante la bendición del agua cerca del Palacio de Invierno, a la que asistía la familia real, el agua consagrada se bebía directamente del Neva, pero nadie se bañaba.
Los historiadores modernos creen que estos baños son probablemente un legado de una antigua fiesta pagana del agua asociada al solsticio de invierno.
En el pueblo ruso, la fiesta de la Epifanía estaba asociada a muchas tradiciones muy arraigadas, probablemente precristianas. El nombre popular de la fiesta es Vodokreshchi, y el agua consagrada desempeña un papel central en ella. Se rociaba sobre la casa, las personas, el patio, el ganado, las colmenas, los huertos, se vertía en el pozo, se añadía al forraje del ganado, en barriles de vino.
Para los campesinos era obligatorio bañarse en el pozo de hielo bautismal, el propio pozo y todo lo que lo rodeaba se consideraba "sagrado"; por ejemplo, durante los 12 días siguientes a la santificación del agua en el pozo de hielo no se podía lavar la ropa. El pozo de hielo curaba a los enfermos, y los sanos quedaban limpios de pecado. El agua también se asociaba a las conjuras contra los incendios, que solían leerse en Epifanía: "Los santos me siguieron, llevando un cuenco de agua. Si hay un incendio, los santos apagarán el fuego".
El día de Epifanía se celebraban rituales de purificación en la casa, "expulsando a los demonios" con ruido de platos, chasquidos de látigos y simples gritos. Al mismo tiempo, la fiesta de la Epifanía "abría" las semanas nupciales para comer carne en invierno (el tiempo entre los ayunos), que duraba hasta Máslenitsa.
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