Esta prenda de cabeza forma parte del traje nacional baskirio. Lo solían llevar las mujeres casadas y era un sombrero redondo de tela suave, con un agujero en la parte posterior de la cabeza para una cinta trasera. Esta cinta debía cubrir completamente el pelo de la mujer. Por belleza y como indicador de estatus, las piezas traseras solían adornarse con piedras preciosas, monedas y conchas.
La diabaka es un gorro tradicional de las mujeres yakutas. Es el nombre de un gorro de invierno, que se cubre por dentro y por fuera con piel de zorro para protegerse mejor del duro clima septentrional. Las versiones más antiguas de esta prenda solían llevar cuernos hechos con orejas de ardilla o zorro en la parte superior, pero los más modernos tienen un aspecto algo diferente: en lugar de orejas en la cabeza hay una figura partida hecha de tela, que simboliza el cuerpo femenino.
El pueblo mari que vivía en el territorio de la actual república de Mari-El, también tenía su propio tocado inusual. La shurka (de la palabra mari "shur" - cuerno) es un sombrero de armazón de las mujeres casadas. Su principal característica era su altura, que a veces alcanzaba los 40 cm. La shurka solía estar hecha de corteza de abedul, cuero y tela, y la espalda se cubría con una pala de lona, que se sujetaba a un cinturón. No se sabe con exactitud cuándo entró la shurka en el guardarropa de los mari, pero ya había referencias escritas a ella en el siglo XVI.
Sombreros similares, que los investigadores reúnen bajo el nombre común de "malajái", se usaban a menudo en toda Asia Central, pero también encontraron su aplicación en Rusia. Los pueblos indígenas de la península de Chukchi también llevaban este tocado alto, similar a un gorro de cuero. Estaba diseñado para proteger del frío y el viento: gracias a tres "orejas" (a los lados y en la espalda) y un forro interior de piel, ayudaba a sobrevivir a los inviernos más duros. Por cierto, a veces este tocado se utilizaba incluso como casco en verano, ya que la capa exterior de cuero y la densa piel del interior podían proteger al guerrero de las heridas en la cabeza.
El traje nacional calmuco es muy diverso: hay docenas de variaciones tanto de trajes como de tocados. Sin embargo, el sombrero jadzhilga para hombre puede considerarse el más interesante, al menos por su aspecto. Desde abajo parece un gorro de piel redondo normal, pero desde arriba tiene forma de cuadrado con una borla roja en una de las esquinas. Tanto la presencia de la borla como su color no son casuales: en el siglo XV, el líder oirat Togon-taisha promulgó un decreto, según el cual los oirats (antepasados de los calmucos) debían llevar una borla roja en el sombrero como signo distintivo. También simbolizaba el sol y los rayos que emanan de él y, según algunas fuentes, también personificaba al propio Togon-taisha como gran gobernante.
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