‘Tal vez fuera un ovni. Pero no podía ser nada sobrenatural, ya que dos personas informaron haber visto el fenómeno’. - Vladímir Kovalenok
En mayo de 1981, Vladímir Kovalenok se encontraba a bordo de la estación espacial Saliut-6, donde fue testigo de un extraño objeto no identificado del tamaño de un dedo humano. “Me sorprendió que siguiera su propia órbita”, dijo del objeto en forma de barco o melón con un cono translúcido, parecido a un guante en la parte delantera. Kovalenok llamó a su colega Viktor Sávinij, quien confirmó el avistamiento; sin embargo, ninguno de los dos pudo fotografiar el objeto: cuando Sávinij fue a por una cámara, el objeto explotó, dejando tras de sí una bocanada de humo.
“Se separó en dos piezas conectadas, un poco como mancuernas. Informé inmediatamente a la Tierra”, recuerda el cosmonauta. El propio Kovelenok no podía decidirse sobre el origen del objeto, “pero no podía ser nada sobrenatural, ya que dos personas informaron haber visto el fenómeno”.
A su regreso a la Tierra, añadió que “los especialistas encargados de vigilar la radiactividad registraron un pico significativo” durante el incidente.
‘Algunos cometas no son más que naves de vigilancia de otros sistemas solares’. - Alexéi Leonov
El famoso cosmonauta soviético fue uno de los primeros en visitar el espacio, junto a Yuri Gagarin. Leonov afirmó que la existencia de vida extraterrestre puede demostrarse, al menos indirectamente, gracias a la existencia de cometas.
“Cada vez que se encuentran en las proximidades del Sol, los cometas gastan una cantidad significativa de material para crear colas. Por tanto, si conocemos la masa del cometa y su cola, podemos extrapolar fácilmente cuánto tiempo le queda de vida. En ese tiempo, debe quemarse por completo. Pero si desaparece y vuelve a aparecer, la lógica se rompe. Evidentemente, en algún punto de su viaje espacial, que dura 100, 200 o 300 años, los cometas sufren procesos que desconocemos”, opinó Leonov.
El cosmonauta reflexionó sobre el origen de los cometas. Si nacieron junto con sus respectivos sistemas solares (siendo ellos mismos no más jóvenes de 4.500 millones de años), ya deberían haberse quemado del todo. Hay varias versiones sobre por qué ocurre esto, pero Leonov esbozó otra: “Algunos cometas no son más que naves de vigilancia de otros sistemas solares. Y esta versión tiene derecho a existir”.
‘Nunca he visto extraterrestres, pero creo que existen’. - Antón Shkaplerov
El cosmonauta Antón Shkaplerov pasó cuatro horas a bordo de la Estación Espacial Internacional y tiene en su haber tres paseos espaciales. Cree que es imposible que estemos solos en el vasto e ilimitado universo, aunque todavía no hay pruebas concluyentes.
“Tampoco hemos visto a Dios, pero sabemos que nos ve y nos protege, eso seguro”, afirma. “Yo nunca he visto extraterrestres, pero creo que sin duda existen. ¿Cómo podemos estar solos en un espacio tan ilimitado como el universo?”.
‘No sé si hay extraterrestres, pero seguro que descubriremos rastros de civilizaciones desconocidas hasta ahora’. - Yuri Glazkov
Yuri Glazkov, otro pionero soviético, afirmó en una ocasión que los extraterrestres no sólo existen, sino que ya han dejado su huella en nuestro sistema solar, en forma de Plutón.
Glazkov creía que, hace 74 millones de años, Marte y Júpiter eran en realidad un único planeta, antes de su destrucción. “Se pueden ver pruebas de ello en la composición de los meteoritos caídos”, afirma. “Existe la hipótesis de que la evolución en ese planeta debió alcanzar su punto máximo, pero el propio planeta estalló y su civilización simplemente se convirtió en polvo, vagando por el espacio infinito del universo”.
"¿Se puede proponer que existen civilizaciones extraterrestres? Por supuesto". – Evgueni Jrunov
Aunque el refuerzo de Alexéi Leonov sólo pasó dos días en el espacio en total, ¡tenía mucho que decir sobre la posibilidad de vida allí arriba!
“¿Se puede proponer que existan civilizaciones extraterrestres? Por supuesto que se puede. Mientras no se demuestre la unicidad de la Tierra, esa teoría debe tener derecho a existir. Si no, tendremos que creer en el diseño inteligente. En cuanto a los ovnis, no podemos negar su existencia, no después de miles de testimonios. Podríamos suponer que surgen, debido a efectos ópticos particulares en la atmósfera, pero algunas de sus propiedades simplemente dejan perpleja a la mente: por ejemplo, la capacidad de cambiar bruscamente de rumbo realizando un giro de 90 grados a gran velocidad”, se pregunta el cosmonauta.
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