Los habitantes nativos de la República de Carelia, una de las regiones más bellas de Rusia situada junto a la frontera con Finlandia, buscan formas de mantener su cultura tradicional en el mundo moderno.
En el norte de Rusia, junto a la frontera con Finlandia, vive un pequeño grupo de finougrios que han existido durante siglos en la encrucijada de las culturas ortodoxa rusa, católica y luterana. Su posición única les ha conferido una enorme influencia en la historia rusa, escandinava e incluso mundial. Sin los carelios, muy probablemente no habría existido el Ojo de Sauron ni la búsqueda del anillo para devolverlo a las llamas del Monte del Destino.
Inspiración para ‘El Señor de los Anillos’
La primera mención escrita de “Koreli” se encuentra en unas crónicas de corteza del siglo XI descubiertas durante unas excavaciones en Veliki Nóvgorod, pero el pueblo nórdico ya conocía la zona desde antes. Los nórdicos exploraron la actual Carelia y fundaron asentamientos en los escollos del Ládoga. Esta zona, un delgado istmo de tierra entre los lagos Onega y Ládoga, es la cuna de los carelios.
Tras los acontecimientos del Periodo Tumultuoso, una lucha dinástica que sacudió Rusia a finales del siglo XVII, el istmo de Carelia cayó bajo el dominio de Suecia. Algunos carelios permanecieron en el territorio que pasó a formar parte de Finlandia, convirtiéndose poco a poco en parte del pueblo finlandés. Otros, sin embargo, se trasladaron al sur, a Rusia.
“Los carelios eran ortodoxos y, aunque el norte del Ladoga seguía perteneciendo a Suecia, no querían vivir bajo el dominio de los luteranos y huyeron en masa a Rusia”, explica Alexánder Pashkov, profesor de Historia de la Universidad Estatal de Petrozavodsk.
“La zona se vació y algunos carelios se asentaron en la región de Tver, y más tarde formaron una subetnia conocida como ‘carelios de Tver’. Según una teoría, las raíces del actual presidente ruso, Vladímir Putin, proceden de este grupo”, añadió Pashkov.
Otro grupo de carelios se asentó a lo largo de la costa del Mar Blanco, y fue este grupo el que sirvió de inspiración para la trilogía de El Señor de los Anillos. J.R.R. Tolkien dijo en repetidas ocasiones que se inspiró en la epopeya Kalevala, recopilada por el etnógrafo finlandés Elias Lönnrot a partir de los cantos rúnicos de las aldeas carelias. Durante sus visitas a estas zonas, escuchó a los narradores que habían conservado la antigua epopeya de los pueblos ugrofineses en la tradición oral.
Incluso ahora, los visitantes del pueblo de Kalevala, cerca de la frontera entre Finlandia y Rusia, pueden ver el famoso pino de Lönnrot, bajo el cual el etnógrafo escuchaba a los cantantes y escribía canciones antiguas.
Los carelios en el siglo XXI
Hoy en día hay aproximadamente 73.000 carelios. Según el censo ruso de 2010, hay unos 60.000 carelios en Rusia. Unos 10.000 carelios viven en Finlandia. Otros están dispersos por Bielorrusia y los países bálticos. Según la prensa, unas 5.000 personas hablan carelio.
“Afortunadamente, Finlandia también tiene Carelia, donde he vivido la mayor parte de mi vida finlandesa”, afirma la escritora Arvi Perttu, que se trasladó a Finlandia desde Petrozavodsk, la capital de la Carelia rusa en la década de 1990.”Los finlandeses de Carelia son gente sociable y alegre, mientras que los finlandeses occidentales son los mismos finlandeses de los chistes rusos, taciturnos y hoscos”.
La nueva generación de carelios, que trata de encontrar su lugar en un mundo cada vez más globalizado, busca cada vez más en la cultura tradicional formas de poner de moda identificarse como carelio. Se han abierto cursos de lengua carelia en la región, mientras que el Papá Noel de Carelia (el joven e imberbe Pakkaine) se ha convertido en una figura local popular.
En 2016, se grabó por primera vez en Carelia un álbum de rap en esta lengua. El intérprete, Ondrej (Andréi Gorshkov), músico y actor del Teatro Nacional de Carelia, dijo que la preservación cultural era la motivación detrás del álbum.
“El principal objetivo del rap en carelia es la conservación y el desarrollo de la lengua”, afirma Ondrej. “Con este ejemplo quiero demostrar que no sólo los abuelos hablan en carelio, sino que también se puede rapear”.
Preservar y desarrollar la lengua carelia podría contribuir al desarrollo económico de la Carelia rusa, según Alexéi Tsykarev, miembro del Mecanismo de Expertos de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
“Proyectos hay muchos, pero los más interesantes, en mi opinión, son los destinados a trabajar con los jóvenes. Por ejemplo, la popularización de los bolos carelios (el Kyykkä [ed: un deporte folclórico similar al Gorodki ruso]) está en marcha en la región por tercer año. Ahora nuestro equipo ya participa en torneos de Gorodki ruso, organizamos partidas de Kyykkä carelio-finlandesas”, afirma. El juego es una especie de cruce entre herraduras y bolos.
Otro proyecto interesante es la creación de un entorno bilingüe en el antiguo pueblo carelio de Vedlozero. “Tradujimos todos los letreros al carelio, acordamos con la tienda local hacer etiquetas de precios y nombres en los dos idiomas y dar bonificaciones o descuentos a quienes se comunicaran con las vendedoras en carelio. La gente se implicó, y esto, de nuevo, no es sólo un proyecto cultural, sino también una especie de atracción turística. Rusia es fuerte por la singularidad de sus regiones, y no tenemos derecho a perder esta singularidad”, afirmó Tsikarev.
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