Desde que tiene uso de razón, Serafima ha sido una niña creativa, y el dibujo, las aplicaciones y el bordado han sido sus pasatiempos favoritos. Este año, el artista de 22 años se gradúa en la Academia Stieglitz de Arte e Industria de San Petersburgo.
Hizo sus primeros kokóshniks casi por accidente. Serafima se preparaba para una sesión de fotos (otra de sus aficiones apasionadas), y el tema surrealista que tenía en mente requería una prenda que fuera pegadiza y voluminosa. La chica decidió hacer un kokóshnik. En apenas un par de horas, lo pintó con témpera y lo decoró con abalorios. Las fotos salieron bien y sus suscriptores elogiaron el experimento.
Al principio, los tocados y los rodajes eran su iniciativa creativa personal, pero más tarde Serafima descubrió que su enfoque atraía a las marcas: se convirtió en estilista de campañas publicitarias.
Los tocados de Serafima se convirtieron en una todo un elemento para el grupo folclórico Uzoritsa.
Ahora Serafima crea colecciones de tocados y las alquila. Tienen una gran demanda. "El más popular es un gran kokóhnik con setas, suelen alquilarse para actuaciones".
También figura entre sus éxitos el tocado "Cisnes de invierno", creado para un baile por la joyería Peter Axenoff. Recientemente ha asistido al espectáculo sobre hielo de Evgueni Plúshenko.
Se necesitaron 40 horas de trabajo manual para crear semejante kokóshnik.
Por término medio, un solo kokóshnik tarda unos dos días, pero hay trabajos que llevan cinco días o más, sobre todo cuando se requiere un trabajo grande y minucioso y muchos bordados.
La base de los tocados es cartón recortado con forma. Las formas son siempre diferentes: Serafima las elige en función de la composición de cada kokóshnik. Para decorar utiliza viejos retales de tela, cintas de seda, terciopelo, encajes, cuentas, pedrería e incluso plastilina y papel de aluminio. También trabaja mucho con abalorios y apliques.
Sus kokóshniks hacen referencia a la iglesia de San Basilio, mariposas y pájaros de cuento, setas y motivos vegetales. Su obra tiene un aspecto moderno, al tiempo que rinde homenaje a los motivos folclóricos tradicionales.
"El estilo de mi obra está marcado por los motivos de los cuentos de hadas. La forma del tocado es un homenaje a la antigüedad". Al mismo tiempo, Serafima reinterpreta los motivos de los cuentos de hadas de forma moderna, liberándose de cualquier canon. "Yo llamaría a mi trabajo performance, ya que suele tener el mismo efecto en el espectador que un espectáculo", admite la joven.
Todos los tocados de Serafima son grandes y brillantes. Obviamente son el centro de atención de la sesión fotográfica. Y se combinan con trajes y accesorios, así como con el fondo y el séquito.
Sin embargo, no piensa detenerse en los tocados, planea trabajar en otros accesorios, por ejemplo, confeccionando chales pintados sobre tela. También sueña con crear una colección de ropa al estilo de los cuentos de hadas.
"Los kokóshniks ya forman parte de la moda cotidiana, como las diademas con un ángulo puntiagudo en la parte superior. Ahora se llaman mini-kokóshniks. Creo estos pequeños tocados en ecopiel o terciopelo. A menudo veo cosas así en chicas en lugares públicos. Mi deseo para el futuro es popularizar las kokóshniks modernos en tamaños gigantescos”, dice Serafima.
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