Viviendo en la antigua Unión Soviética, no es difícil imaginar una escena así. En algún lugar entre los estantes de barritas de chocolate y patatas fritas hay un niño que apenas puede contener las lágrimas. Está al borde de la histeria porque quiere chocolates y patatas fritas y todo lo que pueda alcanzar. Cerca se encuentra su madre, que, para detener el flujo de demandas, lanza una voz irritada: “Mira lo que quieras. Rueda el labio”. ¿Te imaginas la cara del niño? Ojos tristes, mejillas mohosas y un labio ligeramente protuberante que su madre cree que debería “echar hacia atrás”.
Esto es un ejemplo para ilustrar la frase “enrollar el labio”, que significa desear mucho algo que está poco disponible y es poco realista. Sin embargo, no es un capricho infantil lo que está en el fondo de sus orígenes.
La versión árabe
Fue sugerida por el lingüista Nikolái Vashkevich, que vio las raíces árabes de la expresión. La versión se reduce al hecho de que la frase es, de hecho, prestada, y no originalmente rusa. El modismo deriva de una antigua expresión árabe que significa “no hacerse ilusiones"/"no esperar mucho”.
La primera parte de la expresión original أعجوبة se traduce como "lo que a uno le gusta" y la segunda parte رسخت - "afirmar", pero leída al revés, significa "perder". En consecuencia, la frase se tradujo como "establecerse en lo que a uno le gusta, pero perder", es decir, "querer mucho, pero perder". Esto nos lleva ya a la etimología exacta de la versión adaptada “rodar el labio”. Pero aún así, ¿qué tiene que ver el labio con esto?
La versión culinaria
Según ella, la expresión se originó en la cocina, y hay una relación directa con el labio. Pero no es el labio que todos han imaginado. Tiene que ver con el kalache, un bollo de masa horneado en Rusia en la Edad Media con harina de trigo. La antigua comida rápida rusa era redonda, pero con una parte engrosada -el labio- y una parte fina a la que agarrarse -el mango-.
Se hizo una incisión en el labio, para que el pan se cociera bien y no se reventara. Este corte se extendía y se podía verter en él más azúcar, frutos secos, miel, etc. A continuación, se enrolla el labio y se envía el kolache al horno. Originalmente significaba "enrollar el labio". Con el tiempo, sin embargo, la expresión se convirtió en un deseo de algo poco alcanzable. Tal vez el hecho de que el kalach -pan blanco recién horneado- no era algo que todo el mundo pudiera permitirse desempeñó un papel en este caso. Los kalaches, junto con el té, se consideraban un signo de vida próspera.
Extiende el labio
Con el paso del tiempo, han aparecido en la lengua rusa muchas frases, proverbios y refranes cuyo significado es similar al de la expresión "enrollar el labio". He aquí algunas de ellas: "babear", "no abrir la boca ante el pan de otro", "no abrir la boca ante la pieza de otro", "los labios no son estúpidos", etc.
Pero si puedes enrollar el labio, tienes que enrollarlo primero, ¿no? Y también hay una expresión así en el idioma ruso. "Rodar el labio" significa anticiparse a conseguir algo. Es cierto que se dice con una sola connotación: querer demasiado. Esta frase puede oírse a menudo como respuesta en lugar del habitual "no". Así que, de hecho, no importa si se trata de rodar el labio o rodar los labios: en ruso significaría lo mismo.
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