Mientras paseaba tranquilamente por la Plaza Roja, bajo un cielo cargado un usuario de las redes sociales inmortalizó con su teléfono el derrumbe de los andamios instalados a lo largo de las murallas del Kremlin, llevándose consigo una de las emblemáticas almenas de las murallas rojas y dañando varias otras. Desde entonces, el vídeo ha sido ampliamente difundido por la prensa rusa.
La tormenta Aurora, que, tras atravesar Europa, se apresuró a hacerse notar en Rusia, fue la que provocó la catástrofe. Entró por el Golfo de Finlandia y se dirigió a San Petersburgo. Allí, la presa de la bahía del Neva tuvo que ser cerrada para evitar una gran inundación.
La tormenta, que causó cuatro muertos en Polonia y la dejó miles de hogares incomunicados en Francia, llegó a Moscú con una previsión de vientos de 20 metros por segundo (72 km/h), con menos fuerza que cuando apareció en el oeste del continente, pero que aún corresponde al nivel 8 de la escala de Beaufort.
Mientras que la Plaza Roja estaba cerrada al público se produjeron numerosos daños en la capital, desde vehículos que sufrieron la caída de árboles hasta varios contenedores de basura y equipos de construcción que fueron arrastrados varios metros por las ráfagas.
Las autoridades pidieron a la población que permaneciera atenta, ya que se decretó el nivel amarillo de peligro hasta el final del día en Moscú.
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