El servicio de preguntas y respuestas Yandex.Q, así como expertos de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública (RANEPA) y del Centro de Investigación Humana Interdisciplinaria publicaron un estudio sobre los principales rumores sobre el coronavirus.
Los participantes en el estudio analizaron más de 6 millones de publicaciones falsas en las redes sociales realizadas por los rusos desde principios de 2020 hasta mediados de mayo de 2021. Estos han sido sus descubrimientos.
En febrero de 2020 comenzaron a aparecer en las redes sociales, servicios de mensajería y foros las instrucciones de un inexistente médico ruso, Yuri Klímov, que trabajaba en un hospital de Shenzhen y luego fue trasladado a Wuhan para estudiar el virus. Supuestamente aprendió formas de combatir el coronavirus. Los mensajes afirmaban que el coronavirus muere a una temperatura de 26-27ºC, por lo que el falso médico recomendaba beber más agua caliente y secar al sol la ropa recién lavada después de entrar en contacto con una persona infectada.
En redes sociales se comenzó a hablar también de populares medidas antigripales para combatir el coronavirus: comer jengibre y respirar vapor de vodka. La gente creía especialmente en el poder del jengibre: en la primavera de 2020, la demanda se disparó y su precio se triplicó.
Por otro lado, algunos rusos creían que las mascarillas para combatir la propagación de la infección contenían nano-gusanos negros que penetraban en la piel humana y causaban daños en todo el cuerpo. El vídeo de los gusanos inexistentes fue difundido por Whatsapp. En realidad resultaron ser fibras ordinarias que se movían por el calor, las cargas estáticas o las vibraciones del aire.
Los rusos estaban especialmente enfadados con China, donde se originó el coronavirus. En Vladivostok hubo rumores de que los chinos supuestamente estaban infectando a la gente con el virus a propósito con un “polvo blanco” especial, así como suministrando plátanos infectados a Rusia. También se dijo que eran contagiosos los paquetes de las tiendas chinas online, como Aliexpress.
Los usuarios de las redes sociales también han cuestionado los beneficios de la vacunación: muchos han difundido falsos testimonios de que la vacunación contra el coronavirus puede provocar infertilidad, o que se está usando para implantar chips en las personas, con los que supuestamente los gobiernos podrán controlar a la gente y, si es necesario, matarla. Como en otros lugares, se dice que detrás de este plan se encuentra Bill Gates, que ha invertido decenas de miles de euros en la búsqueda de una cura para el coronavirus.
Además, en el sur de la región del Volga y en Rostov del Don corrió el rumor de que los médicos locales estaban falsificando el diagnóstico del coronavirus, y en Moscú y San Petersburgo los usuarios del motor de búsqueda Yandex buscaron un poema sobre la vida en cuarentena, cuya autoría se atribuía a Alexánder Pushkin.
“Las falsificaciones que más perduran están relacionadas con la vacunación, y el interés por este tipo de historias comenzó casi desde el inicio de la propagación del coronavirus en Rusia. Otras falsificaciones se caracterizan por sus bruscos altibajos: por ejemplo, el interés por los remedios populares y los consejos pseudomédicos fue alto justo antes y durante la primera y la segunda ola del coronavirus”, informa el estudio.
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