El pasado 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el brote de coronavirus en China era una emergencia mundial. Ese mismo día, el Fondo Monetario Internacional (FMI) admitió que la epidemia afectaría a la economía mundial. En cuanto a Rusia, la propagación del virus, contra el cual aún no hay vacuna, tendrá un impacto inevitable: China representa más del 12% de todas las exportaciones rusas. La única pregunta es lo perjudicial que será este efecto. Esto es lo que sabemos hasta ahora.
Aceite barato y rublo a la baja
Los precios del petróleo fueron los primeros en fluctuar dado que China es uno de los mayores consumidores de la materia prima. La demanda de combustible en China ha caído y los precios en dólares del petróleo se han desplomado. En enero el barril de Brent cayó un 12,6%, mientras que el petróleo de los Urales, de referencia en Rusia, cayó tanto en dólares como en rublos. El 10 de febrero el petróleo de los Urales alcanzó su nivel más bajo en dos años, por debajo de los 3.400 rublos por barril (56 dólares). Este precio ya está por debajo del que está escrito en el presupuesto federal.
Como resultado, el tipo de cambio del rublo ha cambiado, aunque todavía no es crítico. Desde principios de enero el rublo ha perdido un 3,35% frente al dólar.
Los minoristas que se niegan a comprar productos alimenticios chinos
Rusia compra 50.000 millones de dólares en bienes de China cada año y cerca de la mitad son importaciones de coches, ordenadores personales y smartphones. Hasta ahora las empresas rusas no han recibido ninguna notificación de retrasos en las entregas de China.
En cuanto a los productos alimenticios chinos, su participación en el mercado ruso no es más del 2%. Las principales importaciones son jengibre, ajo, tomates, pimientos, mandarinas, uvas y pomelos, pero, según los minoristas, pueden ser fácilmente sustituidos por importaciones de otros países.
El pasado 3 de febrero una de las principales cadenas de venta al por menor de Rusia, Magnit, anunció que ya no importaba frutas y verduras de China debido a la amenaza de la propagación del virus y a las complicaciones adicionales en la logística. En lugar de China, por el momento la empresa importará frutas y verduras de Turquía, Israel y Marruecos. Otro gran minorista, X5 Retail Group, también ha dicho que está buscando nuevos proveedores. Sin embargo, otros grandes actores como Lenta y Metro no tienen planes de suspender las entregas desde China, mientras que el resto de minoristas no han comentado hasta ahora la situación.
El problema es que la mayoría de los suministros de alimentos chinos van al Lejano Oriente y al Distrito Federal de Siberia - regiones que dependen en gran medida de las importaciones - y los estantes de las tiendas allí están agotados. Según los medios de comunicación locales, los pepinos y los tomates han subido mucho de precio y las tiendas de alimentos de Vladivostok, Jabárovsk y Ussuriysk están experimentando escasez de algunos tipos de productos. Y los plátanos se han convertido en la primera “víctima” del coronavirus en Vladivostok: alguien difundió el rumor de que estaban infectados (a pesar de que venían del Ecuador) y los plátanos se pudrieron.
El negocio turístico perderá 100 millones de dólares
Esta es la previsión de la Asociación de Operadores Turísticos de Rusia para el período enero-marzo de 2020 a la luz de las medidas de cuarentena impuestas a raíz del brote. China era el mayor “proveedor” de turistas a Rusia y ahora el país está perdiendo al menos 1,3 millones de turistas chinos.
Los enlaces aéreos con China se han suspendido parcialmente desde el 1 de febrero. Por el momento solo hay cuatro servicios, operados por Aeroflot y sus socios, a Pekín, Guangzhou, Shanghái y Hong Kong. Pero, según parece, no se espera que las pérdidas para las aerolíneas. Según la analista de VTB Capital, Elena Sakhnova, las rutas chinas suponen dos millones de pasajeros al año de un total de casi 130 millones. Para Aeroflot representa el 4% del volumen de pasajeros y el 5% de los ingresos.
La demanda de mascarillas se dispara
Hasta ahora las que más han ganado con esta situación son las compañías farmacéuticas y las farmacias. Las ventas de algunos productos y medicamentos antivirales se han disparado. Como no hay una cura clara la gente está comprando todo lo que puede siguiendo el principio “voy a intentar cualquier cosa”. Por ejemplo, según el operador de datos fiscales OFD Platform, las ventas de máscaras faciales han aumentado en un 220%.
¿Y ahora qué?
Hasta ahora nadie en Rusia considera que el impacto del virus sea desastroso. A pesar de todas las consecuencias adversas actuales, German Gref, director del mayor banco de Rusia, Sberbank, ha afirmado que el impacto “no es muy significativo”.
Sin embargo, todo podría cambiar si resulta imposible detener el virus y la situación actual se prolonga. Si eso sucede, se avecinan tiempos difíciles para la economía rusa y la Cámara de Cuentas rusa predice graves consecuencias. He aquí un ejemplo, el fabricante de automóviles Nissan ya ha advertido que suspenderá la producción de vehículos en Rusia a menos que la situación cambie antes de marzo.
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