1. Oso polar
A diferencia de los osos pardos, las razas polares apenas entran en hibernación (a excepción de las hembras embarazadas) porque no tienen problemas para cazar y encontrar comida en invierno. Un oso polar puede nadar hasta 80 km en agua helada sin descansar. Se mantienen calientes durante las heladas del Ártico gracias a la estructura de su pelaje, que funciona como una especie de termo. En verano, el pelaje blanco del oso polar le ayuda a absorber más luz solar.
2. Morsa
Las enormes morsas de dientes de sable, que viven en las remotas regiones de Chukotka y Kamchatka, disfrutan tumbadas sobre las placas de hielo en medio del frío océano. Están tan cómodas que casi parecen turistas en una playa soleada. En Rusia se llama morsa a quien le gusta nadar en agua helada. Estos animales tienen hasta 10 cm de grasa subcutánea, lo que les mantiene tan calientes que incluso pueden dormir en el agua. Necesitan sus dientes de sable para desplazarse y protegerse de otros depredadores, como los osos polares y las ballenas.
3. Foca anillada
Es difícil de creer, pero esta simpática foca es en realidad una de las criaturas más resistentes del mundo. Esta especie vive en el océano Ártico, pero sus parientes también eligen vivir en lugares más cálidos como el mar Báltico y el lago Ladoga. La foca anillada pasa la mayor parte de su vida en aguas heladas (puede aguantar la respiración durante más de 10 minutos), subiendo de vez en cuando a descansar a un témpano de hielo. No se congelan gracias a sus 15 cm de grasa subcutánea.
4. Caballo de Yakutia
Esta raza única de caballo sólo vive en Yakutia y puede permanecer (y dormir) al aire libre incluso en los inviernos más extremos gracias a su grueso subpelo. Los científicos creen que esta raza es descendiente directa de antiguos caballos primitivos que llegaron desde Asia y luego se adaptaron al entorno más duro y cambiaron de aspecto en el proceso. Mide entre 140 y 145 cm y pesa alrededor de media tonelada. Tiene un temperamento amistoso, tranquilo y curioso.
5. Ganado de Yakutia
La vaca de Yakutia es pequeña (sólo mide 120 cm de altura) y muy peluda. La raza se ha adaptado a los inviernos de esta fría región e incluso disfruta de la nieve. El año pasado, un ganadero de Oymyakon (uno de los lugares más fríos del planeta, donde los 50 grados bajo cero son la norma durante el invierno), hizo una demostración de un sujetador hecho por él mismo para las vacas, diseñado para ahorrar leche. Salen al exterior cada día y solo vuelven al establo para dormir.
6. Samoyedo Laika
Esta raza de perro ha sido el mejor amigo de los indígenas del Extremo Norte durante miles de años. Los samoyedos confiaban en ellos para que vigilaran a sus hijos, y también les gusta dormir sobre ellos gracias a su suave pelaje. Los perros muy activos, simpáticos y resistentes a los inviernos fríos; de hecho, no les gusta nada el calor. En verano, a los samoyedos les gusta cavar pequeños agujeros y relajarse en la tierra fresca. Por supuesto, esta afición suele irritar a sus dueños, especialmente si viven en apartamentos en una ciudad.
7. Eider común
Una de las cosas más cálidas del mundo es el edredón hecho con la pelusa de este pato nórdico que habita en zonas de la costa ártica y la tundra. Los eider hacen sus nidos con piedras y los calientan con su propia pelusa, que ellos mismos arrancan. Esta pelusa es la que permite a los pequeños patos sobrevivir en el frío, y a menudo la gente viene a recogerla cuando abandona su nido.
Bonus:
Gatos siberianos
Para muchos gatos domésticos la nieve no es ni mucho menos una tragedia, aunque no les gusta estar mucho tiempo fuera en invierno. Sin embargo, los gatos siberianos son más tolerantes a los climas fríos y pueden permanecer en el exterior a temperaturas de -10ºC o -15ºC. Basta con echar un vistazo a su frondoso pelaje para entender cómo lo consiguen. Aun así, el hecho de que puedan soportar estar fuera en las calles frías no significa que prefieran eso a su cálido y acogedor hogar.
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