Este embalse de agua de la región de Amur está a veces “decorado” con asombrosos árboles de hielo, hechos totalmente por la naturaleza.
El río Buréi, en el Extremo Oriente de Rusia, es un afluente del río Amur y allí existe una auténtica miríada de centrales hidroeléctricas y embalses de agua formados por ellas.
Y cada invierno, en el embalse de agua de Buréi aparece una interesante forma de hielo que se parece mucho a las setas gigantes.
El secreto de este misterio es fácil: cuando la central procesa una descarga masiva de agua del embalse, su nivel de agua baja rápidamente. En el mismo momento en que el agua está siendo drenada, los árboles se congelan, debido a las bajas temperaturas y luego los fuertes vientos queman el hielo, adquiriendo en una forma tan particular.
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