El director y guionista moscovita Serguéi Vasiliev estrenó recientemente un cortometraje titulado Granja ciberpunk rusa.
El video publicado en YouTube cuenta la historia de un granjero llamado Nikolái, que lleva en un paseo por su granja tecnológicamente avanzada a los espectadores, compartiendo con ellos una perspectiva interna de la vida en esta futurista (pero al mismo tiempo muy auténtica) granja rusa.
“Es una mentira que seamos un país tecnológicamente atrasado”, asevera Nikolái, antes de presentar a los trabajadores robots hechos por la ‘Izhevsk Dynamics Corporation’ (probablemente una referencia “rusificada” a Boston Dynamics).
Nikolái se abre a las tecnologías que han sido peculiarmente aplicadas a cosas muy familiares para cualquiera que haya estado en una granja rusa. Por ejemplo, en lugar de un simple agujero en el suelo dentro del retrete, los habitantes de la granja utilizan un auténtico agujero negro para deshacerse de los residuos.
Los robots alimentan y ordeñan las vacas y, a pesar de que Nikolái alberga sentimientos románticos por una ciberlechera, ella se enamora del tractor de Nikolái. Nikolái, a su vez, intenta esquivar a su esposa que lo ha estado siguiendo en forma de pantalla voladora y no para de regañarlo sobre la cría de cuadrocópteros.
En la película, muchos problemas de Rusia siguen sin resolverse, a pesar de los revolucionarios avances tecnológicos. Aunque los agricultores ya no utilizan las carreteras, el coche de Nikolái que flota en el aire sufre de baches como un coche normal en cualquier carretera rural, debido a “turbulencias del aire”. El correo tarda años en llegar (una crítica velada a los famosos plazos de entrega del Correo Ruso), a pesar de que es distribuido por un vehículo aéreo propulsado por lo que parecen ser motores a reacción.
“Ven a trabajar con nosotros”, dice el granjero Nikolái al final del video, que pretende estar dirigido a atraer a nuevas personas a trabajar en la granja. Al final, los espectadores descubren (¡alerta de spoilers!) que la granja está realmente ubicada en Marte, un destino de interés científico tanto para los EE UU como para Rusia.
La realización del vídeo se completó en tres meses. El director Serguéi Vasiliev afirmó que filmará una secuela si el cortometraje gusta a los espectadores.
También hay una teoría no confirmada que afirma que todo el vídeo es un anuncio oculto de la agencia espacial rusa Roscosmos, porque el código QR que luce una vaca lleva directamente a la cuenta de Twitter del jefe de Roscosmos, Dmitri Rogozin.
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