Andréi Sidorov, un escultor de Blagovechtchensk, en la región de Amur, en la frontera ruso-china, hizo las cosas a lo grande para expresar sus buenos deseos para el próximo Año Nuevo. En el río congelado de Jomutina, cerca del pueblo de Markovo, creó una gigantesca tarjeta de Año Nuevo, informó TASS.
“Nosotros tres, junto con nuestros colegas, hicimos la tarjeta en el Jomutina. No habíamos preparado un boceto de antemano, el dibujo tomó forma por sí mismo. Lo único que sabíamos era que tendría la inscripción ‘Dedicado al abuelo Valeri’, ya que Valeri fue el pionero de esta maravillosa idea”, explicó Sidorov, refiriéndose a Valeri Melnikov, un septuagenario local que dio a luz a esta tradición hace casi una década y murió de coronavirus el pasado 30 de octubre.
Sus espectaculares obras se habían convertido en una atracción local anual, ampliamente compartida en redes sociales. El año pasado, los cosmonautas a bordo de la ISS incluso fotografiaron su “tarjeta” de hielo.
Para perpetuar la feliz tradición, además del mensaje que le rinde homenaje, la tarjeta de este año lleva la inscripción “¡Feliz Año Nuevo!” así como una representación del Ded Moroz, el Papá Noel ruso, con una pala, también como un guiño a Melnikov.
Sidorov, por su parte, pretende llevar el concepto a una dimensión internacional haciendo una tarjeta de felicitación de este tipo con sus colegas chinos en el río Amur, que sirve como frontera entre los dos países.
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