1. Cualquier cosa sobre cómo se ve hoy
A los hombres rusos les encanta decir cumplidos a las mujeres y esperan que los aceptemos con gracia. Lo que no saben es que mientras sonreímos en respuesta (por buenos modales), en el interior se desata un tornado de rabia.
“¡Qué bien te ves hoy!”. Alevtina dice que no puede soportar tales frases. “¿Qué significa? ¿Suelo tener un aspecto horrible?”, se pregunta.
Esta frase parece resonar en un número considerable de mujeres rusas. Frases como “¿Por qué tan serio?” o “¡Vaya, te ves genial sin maquillaje!” también están prohibidas, afirman Katerine y Julia. “¿Por qué debo explicar mi apariencia a alguien? ¡Y gracias por notar que no tengo maquillaje cuando suelo tenerlo! ¿No crees que hay una razón? ¿Y probablemente no la más agradable?”.
Si quieres decirle algo bueno a tu novia o amiga rusa, simplemente di "Siempre te ves genial".
2. Los chistes sobre la ‘lógica de las mujeres’ y su manera de conducir
“Odio las bromas sobre la lógica de las mujeres”, dice Svetoslava. ¿Es posible que haya una “lógica femenina?” Probablemente, no. Es solo un eufemismo que los hombres utilizan cuando piensan que nuestras decisiones o acciones no son lógicas o no se ajustan a la perspectiva masculina.
Pocos hombres rusos se detienen a pensar que su propia lógica no tiene en cuenta la existencia de cosas como la intuición femenina. Por ejemplo, a veces se sorprenden por las conclusiones que sacamos al ver fugazmente un mensaje de texto de otra mujer o por la falta de explicaciones cuando llegan tarde a casa, como si fuera tan difícil suponer por qué la mujer sospecha.
Los chistes sobre la conducción de las mujeres es otro tema que no gusta nada a las rusas. Muchas de nosotras odiamos conducir con nuestros hombres por los comentarios que hacen. La cantidad de consejos sobre dónde cambiar de carril, a qué marcha cambiar o cuándo reducir la velocidad es interminable... También es insultante escuchar: “Probablemente sea una mujer conduciendo”, cada vez que se ve a un mal conductor. “¡Es especialmente raro oír a mí marido diciendo eso porque él piensa que yo conduzco bien!”, dice Svetoslava.
Será la lógica masculina, qué podemos decir...
3. Citas sorpresa
“No soporto que un hombre me llame para tener una cita en el último momento. Cuando dice como sin pensarlo: '¿Te recojo en un par de horas?'. No, ni lo pienses. Tengo otros planes”, dice Ksenia.
Alevtina está de acuerdo: “Siempre me ha irritado cuando un hombre me dice de la nada que ha reservado una mesa, o comprado entradas para el teatro, o simplemente me lleva a un destino desconocido”. Suele rechazar tales propuestas y los hombres suelen ofenderse.
De hecho, a pocas nos gustan las sorpresas que requieren un cambio de planes inmediato o que te sacan de tu zona de confort en contra de tu voluntad. Por supuesto que hay mujeres que aman esas sorpresas y las encuentran románticas. En cualquier caso, al menos dale tiempo para que se prepare.
4. Dar cuidado y ayuda que no ha pedido
En primer lugar, no nos gusta cuando alguien nos toque para ayudarnos. Hay hombres que se exceden en caballerosidad y piensan que su deber es sostener nuestro codo o incluso la espalda suavemente mientras subimos las escaleras o entramos en una habitación. ¡Venga, hombre!
“Odio cuando alguien me toca para darme ayuda. 'Déjame arreglarte el pelo', o 'Déjame quitarte un una mancha de tu falda”, dice Ksenia. “Antes de tocar, pregunta siempre”, recuerda.
Anna menciona otro tipo de caballerosidad innecesaria que detesta, la que trata de camuflar algún tipo de prohibición. “No tomes café después de las 4 de la tarde porque no es saludable”, o “Toma este pastel, pero espero que no te lo comas antes de acostarte”. Frases como esas vuelven loca a Anna (y a la mayoría de las damas).
5. “¡Una dama no debería hacer eso!”
Es habitual que a las mujeres rusas mayores de 25 años las atosiguen sus amigos y parientes conservadores con el tema del casamiento y los hijos. “Odio cuando los hombres - o cualquiera - empieza a sermonearme sobre cómo debo enfocar la vida familiar, en lugar de dejarme vivir como quiera y hacer lo que me hace feliz”, dice María.
“¡Hay mucha presión sobre las mujeres rusas para que se asienten y tengan un montón de hijos! Insisten en que tener hijos es la única felicidad verdadera en la vida, en lugar de los viajes que hago”.
Desde la infancia, a las chicas rusas se les dice cómo deben mantener la casa o cómo cuidarse ellas mismas…. “porque eres una chica”. También se les dice que no sean groseras “porque eres una chica”, así con otras muchas cosas, incluyendo un énfasis en que aprendan a cocinar bien. El mensaje es claro y parece que en muchos países pasa algo similar.
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