Elizabeth conoció a su futuro esposo, Yurii, en Canadá. Ambos estaban estudiando en el país norteamericano y coincidieron en una reunión donde había gente de todo el mundo, incluyendo México y Taiwán. Elizabeth pensó que Yurii era mexicano y le preguntó por qué no le hablaba en español. Quedó estupefacta cuando le dijo que era ruso. Esto le llamó mucho la atención y quería que su amigo le contase más cosas sobre la cultura rusa: “Le pedí que me describiese los museos de su país, que me parecían tan imposibles de conocer por la lejanía”, nos contó Elizabeth. Así empezó su historia de amor.
Antes de conocer a un ruso y mudarse al país eslavo lo único que Elizabeth sabía de Rusia era que la arquitectura era muy bella y, "como creen muchos en Latinoamérica, pensaba que el invierno duraba todo el año". Quizá eso era lo que más le preocupaba antes de irse allá, pero tras pasar las primeras semanas de duro invierno en Moscú, no le pareció tan horrible.
Elizabeth y Yurii se casaron en Canadá, pero también celebraron su matrimonio cuando llegaron a Rusia. “Fue algo muy tradicional e inolvidable. Nuestra boda en Rusia fue en un lugar típico llamado Dom Berendéya, usamos trajes típicos, cantaron muchas canciones rusas, hubo bailes y finalizamos con un delicioso banquete para todos los invitados en el que no podían faltar el vodka y los brindis”, recuerda Elizabeth.
La peruana dice que nota ciertas diferencias entre los hombres latinos y los rusos. Por ejemplo, explica que en Latinoamérica no es muy común que un hombre se case con alguien que conoció en el colegio. Sin embargo, en Rusia suele ocurrir a menudo y además se casan muy jóvenes.
Pero lo que más le fascina de los hombres rusos es que hacen sorpresas a su mujer o novia de manera habitual. Compran un ramo de flores (¡cualquier día del año, no solo en San Valentín!). “¿Quién no se enamoraría así?”, bromea la joven. “En Latinoamérica creen que en Rusia los hombres rusos son menos cariñosos con sus parejas, pero en realidad es lo contrario, son amorosos y gentiles”.
Una cosa a la que Elizabeth no consigue acostumbrarse es a que el 25 de diciembre no se celebre la Navidad. “Sé que en Rusia la principal religión es la ortodoxa y que el día de la Navidad se celebra el 6 de enero, pero aún así no me entra en la cabeza que el 25 de diciembre sea un día más. Se me hace muy, muy raro, ya que en Perú y en toda Latinoamérica es una celebración muy grande”, explica Elizabeth.
Después de pasar un año en Rusia, Elizabeth cree que existen, por lo menos, dos mitos de este país, que son solo los mitos. Ella creía que en Rusia hacía frío a lo largo del todo el año y que la gente era algo brusca. “Al ir conociendo gente de Rusia, me di cuenta que no era así, además, la primavera es linda, llena de flores por todos lados. El verano es caluroso y te da ganas de comer los ricos helados de Moscú todos los días”, comparte sus impresiones Elizabeth.
También añade que a veces “la gente parece muy seria pero, en realidad, una vez que empiezas a conversar, te das cuenta de que son amables y sonrientes”.
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