El estrés es normal, es la reacción fisiológica del cuerpo a cualquier cambio, no necesariamente negativo. La ansiedad (así como la ira, la tristeza o la irritación) es el lado emocional y mental del estrés, y también es normal. Debido a la crisis provocada a raíz del coronavirus se han activado tres desencadenantes de ansiedad de manera simultánea: incertidumbre, novedad, imprevisibilidad.
¿Cómo enfrentarse a esta situación?
1. Trata de entender qué es lo que te provoca la ansiedad
En el caso de esta pandemia, pueden ser factores locales que preocupan a todo el mundo:
- Temor por la salud de los seres queridos
- Restricciones a la libertad
- Cambios en las rutinas diarias
- Riesgo de perder el trabajo
- Tiempo excesivo junto con la familia
- Aislamiento social, falta de comunicación
- Cancelación de planes de vacaciones, celebraciones, eventos importantes
- La imposibilidad de ver a la familia y los amigos que viven lejos
También puede haber factores globales de ansiedad:
- Sobrecarga de información sobre la pandemia
- Crisis económica
- Cambios imprevistos a gran escala, cierre de las fronteras
2. Intenta no preocuparte por las cosas que no puedes cambiar
Piensa en lo que sientes. ¿Es una preocupación por problemas reales: cómo establecer el trabajo a distancia, mientras al mismo tiempo tienes que cuidar de los hijos? ¿Cómo comprar comida para la semana que viene sin salir? Preocupaciones como estas son constructivas y a menudo sirven para movilizar a una persona.
¿O la preocupación que sientes es hipotética, sobre algo que aún no ha sucedido pero que crees que sucederá? ¿Qué pasa si las fronteras se han cerrado para siempre, si la humanidad se extingue, si el virus viene de los extraterrestres? Estas son preocupaciones destructivas que consumen tu energía. No tienes influencia sobre estos factores, así que deberías intentar frenar este tipo de ansiedad.
Si tu ansiedad es excesiva, intenta controlarlo de alguna manera; lleva un diario, califica tus emociones en una escala de cero a cien, nombra tus emociones. Reconoce y acepta tu condición, no trates de esconderte o de escapar de tus miedos. Estudia la naturaleza de tu condición. Quizá el problema sea más profundo que la ansiedad actual. Finalmente, trata de manejar tu condición, establece contacto con ella, influye ella.
3. Trata de manejar tu estrés de diferentes maneras a la vez
Hay varías vías en este modelo multidimensional de superación de la ansiedad y el estrés:
- actividad física: puede ser en movimiento: limpieza, caminar, fitness, sexo. O en reposo: sueño, alimentación sana, meditación, ejercicios de respiración, masajes, baños, etc.
- expresión de sentimientos: compartir los sentimientos con los seres queridos: llorar, reír, jugar con los niños.
- comunicación: mantenerse en contacto a través de video, email, pensar en nuevas formas de comunicación, reanudar el contacto con las personas con las que se ha perdido el contacto, pero minimizar el contacto con aquellos que sólo le transmiten su pánico, pasar más tiempo con las mascotas.
- imaginación y creatividad: escucha música, practica tu hobby, encuentra “un lugar seguro”, lee tus libros favoritos, pero deja de lado los géneros que generan tensión adicional, deja a un lado a Dostoievski y von Trier y cambia a Kusturica y Woody Allen. Esto engaña un poco a la mente, le da a uno un sentimiento de tranquilidad y es también una excelente manera de expresar tus emociones verbalmente.
- razonar: mantener un diálogo interno, analiza tus pensamientos, elabora un plan de acción, piensa en los factores locales de ansiedad en los que puedes influir, filtra los canales de información, recuerda momentos estresantes del pasado y cómo los manejaste.
- la fe y los valores: a los creyentes les resulta más fácil afrontarlo porque saben que hay cosas que no pueden controlar. Tal vez sea útil recordar y aceptar que no todo está en nuestro poder. Los programas de 12 pasos, que se utilizan para tratar a las personas con adicciones, a menudo utilizan esta oración: “Dios, concédeme la razón y la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar. Coraje para cambiar las cosas que puedo. Y sabiduría para saber la diferencia”.
Normalmente la gente no usa todas estas vías y se limita a una o dos. Pero si antes se podía llegar a un acuerdo con uno mismo de manera lógica, en estos momentos, al tener un mayor estrés, se debe ampliar el repertorio de métodos disponibles y quizá sea útil hacer cosas que antes te parecían extrañas. Cuantos más canales utilices, menos probabilidades tendrá de sufrir un síndrome postraumático.
Es importante recordar que gente diferente utiliza métodos diferentes y no trates de imponerle nada a los demás, incluso a los seres queridos. Si no te funcionan estos métodos, quizá quieras hablar con un terapeuta.
Cómo salvar tu relación durante el confinamiento, consejos de un psicólogo ruso.