En dos cuevas de la región de Primorie, en el Lejano Oriente ruso, los investigadores han descubierto los restos de una antigua especie gigante de ardilla voladora, hasta ahora desconocida, informó el Ministerio de Recursos Naturales y Ecología de Rusia en su página web.
Bautizada como Petaurista tetyukhensis, este animal, que habría vivido en el lugar hace casi 30.000 años, tenía una membrana con una envergadura de hasta 1,5 metros, que le permitía planear una distancia de más de 50 metros. También se supone que se alimentaba de hojas, frutos e insectos, concluyeron los científicos tras analizar la mandíbula superior encontrada y varios dientes dispersos, apareciendo diferencias con especies previamente clasificadas.
“A pesar del gran volumen de estudios paleontológicos en la vecina China, sus especialistas nunca han encontrado huesos de esta especie de ardilla voladora gigante. Hoy en día, el hábitat de las diferentes especies de este animal en el sudeste asiático es en territorios separados y distintos. Tal este se limitó al territorio del actual Primorie”, comentó Mijaíl Tiúnov, doctor en ciencias biológicas, bajo cuya supervisión la rama local de la Academia Rusa de Ciencias, especialistas del Parque Nacional de la Tierra del Leopardo y otros expertos de diferentes regiones de Rusia y del extranjero llevaron a cabo esta investigación.
Además de este fascinante hallazgo, recientemente se han descubierto restos de un rinoceronte de Merck en la región, lo que confirma que hace sólo unas decenas de miles de años, el clima en estas tierras era absolutamente diferente del actual.