Las primeras matrículas en los vehículos de Rusia aparecieron en 1920, pero hasta la década siguiente no se creó un sistema unificado para los automóviles y motocicletas. Cada número constaba de dos letras que indicaban la región y dos pares de dígitos separados por un guion. Al principio, las matrículas tenían un fondo blanco (o naranja para motocicletas y remolques) con letras negras.
En 1959 se lanzó un nuevo formato: símbolos blancos sobre un fondo negro para vehículos privados y, al revés, para los vehículos diplomáticos. En la URSS se podía utilizar cualquier letra del alfabeto cirílico excepto los signos blandos y duros y las letras Ё, Й, y Ы. También era mejor evitar la Щ. Las letras del alfabeto latino que no se parecían a las letras cirílicas estaban, por supuesto, fuera de discusión.
En 1990 las repúblicas soviéticas comenzaron a añadir letras de sus alfabetos nacionales a sus matrículas. Así, la letra I aparece en las matrículas ucranianas y la letra L, en las lituanas.
En 1993, después de la desintegración de la Unión Soviética, se introdujo una nueva norma estatal para las matrículas rusas. Ahora constan de tres dígitos y tres letras. Además, solo se utilizan las letras que tienen equivalentes en el alfabeto latino, es decir, A, B, E, K, M, H, O, P, C, T, Y y X. A la derecha del número, hay un código regional y RUS escrito junto a la bandera rusa.
Las letras “puramente rusas” del alfabeto ya no se utilizan porque serían ininteligibles para los conductores extranjeros. Imagina, por ejemplo, que un conductor extranjero tuviera que recordar la matrícula de un coche implicado en un accidente y que esa matrícula contuviera la letra Ж. Con la apertura de las fronteras, los rusos empezaron a viajar más a Europa y comenzaron a llegar más europeos a Rusia. El país se unió a los 77 países de la Convención de Viena sobre Tráfico por Carretera, establecida en 1968, donde se creó un marco común para las normas de tráfico, la señalización vial y las matrículas.
Por cierto, los países árabes que se adhirieron a la convención también tienen que usar letras del alfabeto latino, aunque a menudo las duplican en sus propios idiomas nacionales, por ejemplo, en Arabia Saudita hay números dobles.
En Rusia muchos automovilistas tratan de hacerse con los llamados números “hermosos”. Oficialmente es una lotería, pero hay muchas empresas online que ofrecen combinaciones pegadizas de letras y números, a veces por mucho dinero.
Por ejemplo, en Moscú las posibles combinaciones se agotan rápidamente debido al tamaño de la capital y a la cantidad de vehículos. Las matrículas de Moscú tienen los códigos 77, 97, 99, 177, 197, 199. Cuando en 2013 se hizo necesario introducir un código adicional para Moscú, la policía de tráfico eligió 777, en lugar de 277, que parecía más obvio. Se dieron varias explicaciones oficiales: supuestamente, la figura 7 ocupa menos espacio y encaja mejor dentro de la sección de la placa reservada para el código regional, que es más fácil de reconocer para los radares de tráfico. Sin embargo, lo más probable es que los moscovitas simplemente quisieran obtener un “hermoso” código regional para crear combinaciones con más suerte, como A777AA777.
Combinaciones de letras como Х, Е, Р (pene) o С, Р, У (haciendo caca) son en gran medida rechazadas por los conductores, aunque hay quienes están dispuestos a pagar más por ellas, solamente para mostrarse como el conductor más atrevido.
Por su parte, los conductores de EE UU tienen más suerte porque pueden escoger las combinaciones que quieran para sus matrículas. Algunos rusos que están en EE UU han escogido matrículas de lo más raras. Te lo contamos aquí.