Hace unos días, las alarmas sonaron en bases aéreas del norte de Rusia. Y no se trataba de un simulacro. Un avión no identificado se dirigía hacia la frontera báltica del país eslavo.
Para interceptar el aparato intruso, la defensa del país puso en vuelo un avión de combate ruso Sujói Su-27. El caza se dirigió a toda velocidad hacia el objetivo, que resultó ser un avión Gulfstream que recogía información de inteligencia para el Ejército sueco y que había apagado su transpondedor. Ambos aparatos se encontraron frente a frente sobre espacio aéreo neutral. El Sujói seguía al Gulfstream hasta que este último optó por cambiar de rumbo y alejarse del territorio ruso.
Aquí te contamos cómo un piloto alemán aficionado logró cruzar la frontera soviética sin ser detectado por el radar y aterrizar su avioneta cerca de la Plaza Roja.