Nadie sabe con seguridad quién era exactamente el “curandero de la realeza” conocido como Rasputin. Se trataba de un hombre que había llegado a San Petersburgo procedente de Siberia (es decir, de ninguna parte) y que rápidamente ganó popularidad entre los aristócratas.
Algunos lo consideran un gran místico, que predijo su propia muerte, la del último zar y la revolución. Otros afirman que mantenía relaciones sexuales con miembros de la familia real, que hacía curaciones milagrosas, que participaba en orgías para importantes figuras de la sociedad y que tenía una influencia casi ilimitada sobre Nicolás II y sus políticas. Durante toda una década este misterioso “monje” fue uno de los temas de conversación permanente entre la gente de San Petersburgo.
De una forma u otra, Grigori Rasputin quizá sea más conocido en el mundo que los propios zares. Su polémico personaje encaja perfectamente en guiones, canciones y en los estereotipos sobre los rusos.
El revolucionario más famoso de Rusia, Vladímir Lenin, fue un ídolo para millones de personas no solo en la Unión Soviética, sino en todo el mundo. Un comunista que derrocó a una monarquía centenaria, un ideólogo que inspiró a las masas, un filósofo, un hombre que destruyó el sistema de clases e inició una nueva comunidad: el pueblo soviético.
El legado de Lenin es tan grande que sigue siendo recordado incluso un siglo después: su cuerpo embalsamado es una de las atracciones más populares de la Plaza Roja, mientras que en otras partes del mundo Lenin sigue siendo el autor ruso más traducido (con Dostoievski y Tolstoi muy a la zaga).
Tenía 18 años cuando se convirtió en la mejor tenista del mundo. María tiene en su haber victorias en los cuatro torneos más importantes del Grand Slam (Open de Australia, Roland garros, US Open y Wimbledon), además se encuentra entre las diez atletas mejor pagadas según Forbes (con unos ingresos totales de 10,5 millones de dólares). Admitió haber tomado meldonium, una sustancia por la que dio positivo, y solo pudo volver al deporte de élite después de una descalificación.
La reputación de Sharápova como una de las mujeres rusas más hermosas y exitosas sigue funcionando. A pesar de que vive y entrena en EE UU desde hace más de 20 años, Sharápova sigue considerándose 100% rusa y es adorada por sus compatriotas: “Tengo sangre rusa, hablo ruso en casa; en general, me considero más bien rusa que estadounidense”. En 2017, donó 40.000 dólares a los huérfanos rusos.
“Mi cabeza habla inglés; mi corazón, ruso y mi oído, francés”, decía Nabókov de sí mismo. El autor ruso-estadounidense pasó la mayor parte de su vida en el exilio, pero incluso allí continuó produciendo novelas sobresalientes sobre los rusos. Durante casi 20 años, enseñó literatura clásica rusa y mundial en universidades estadounidenses, ofreciendo a menudo una nueva interpretación de los clásicos más conocidos.
Su novela Lolita causó sensación en el mundo literario, pero la escandalosa historia de un hombre de mediana edad y una niña de 12 años le impidió recibir el Premio Nobel (fue nominado cuatro años seguidos). Sin embargo, este libro es ahora el cuarto en la lista de las 100 mejores novelas de todos los tiempos según la Biblioteca Moderna.
El éxito mundial le llegó a Jabib antes de su famosa pelea con Conor McGregor en 2018 y el escándalo que le rodeó. El luchador daguestaní de la UFC obtuvo el título de campeón de artes marciales mixtas y definitivamente se coronó como una persona que puede “matar con sus propias manos” a cualquiera que esté en el ring. El Águila (como se llama a sí mismo) no ha sufrido ni una sola derrota en toda su carrera.
¿Sabías con quién se entrenó Jabib cuando era niño? A los nueve años, luchó con un oso y lo derribó (qué difícil es la vida cotidiana de los niños rusos, ¿eh?) Después de este suceso, su padre, que también era su entrenador, decidió que Jabib tenía “potencial”.
Natalia Vodiánova es la top model rusa más conocida, además de filántropa, mujer de negocios y madre de cinco hijos. Encarna el sueño de millones de personas: una chica de provincias, de una familia pobre, que ha llegado a la cima del mundo de la moda parisina. Jean Paul Gaultier dijo de ella: “¡Una combinación de inmaculada y sexualidad! ¡Un niño y una mujer al mismo tiempo!”. En Rusia Vodiánova es amada y admirada, sobre todo, por su trabajo público. Su Fundación Corazón Desnudo apoya a niños con necesidades especiales, construye centros especializados y patios de recreo para ellos en todo el país y organiza carreras de caridad a las que asisten los ricos y famosos. Además, sigue estando al margen de la política.
Uno de los más famosos desertores soviéticos, el coreógrafo Mijaíl Baríshnikov, se convirtió en la cara del ballet ruso en EE UU. Su virtuosa técnica y su increíble fuerza física lo convirtieron en uno de los grandes bailarines del siglo XX. Se fue de gira a Canadá en 1974 y, tras hablar con amigos canadienses, decidió no volver nunca más a su país natal. Más tarde se trasladó a EE UU, donde fundó el Baryshnikov Arts Center en Nueva York. Joseph Brodsky le dedicó un poema y Liza Minnelli lo adoraba. Mishe (como se le llama en Estados Unidos) también construyó una exitosa carrera como actor: estuvo en Sexo en Nueva York, actuó en películas, recibiendo nominaciones al Globo de Oro y al Oscar por ellas, actuó en Broadway y en programas de televisión por los que recibió tres premios Emmy.
Cuando en 2009, en plena crisis financiera, los empresarios rusos buscaban desesperadamente opciones de refinanciación, Prójorov pagó 496 millones de dólares por la villa más cara del mundo e invirtió millones en biatlón. El oligarca es conocido en todo el mundo por su amor por las casas de lujo y los resorts, las modelos, el baloncesto (es copropietario del equipo de la NBA Brooklyn Nets) y su estilo de vida de soltero. En 2012 se presentó a las elecciones presidenciales rusas y quedó tercero. Es el único oligarca ruso que ha dejado entrar en su casa a estrellas de la televisión como Stephen Colbert (The Late Show).
El creador de esta marca de culto mundial –el fusil de asalto Kaláshnikov– cambió el mundo. Su invención se ha convertido en el arma más usada del planeta, y su nombre es conocido en todos los países del mundo. A lo largo de más de 65 años se han fabricado más de 100 millones de fusiles Kaláshnikov, en diversas modificaciones. Hoy en día, el Consorcio Kaláshnikov produce prácticamente de todo: desde armas legendarias hasta paraguas, fundas para smartphones o ropa.
Kasperski ocupó el octavo lugar en la lista de “las personas más peligrosas del mundo”, según la revista Wired en 2012. La razón, exponer las armas cibernéticas estadounidenses creadas para espiar en Oriente Medio y perturbar el programa nuclear iraní. Desde entonces, no ha cambiado mucho. El programador ruso que creó Kaspersky Lab y un popular software antivirus sigue provocando miedo y paranoia sobre sus capacidades. De vez en cuando se hacen intentos en varios países para deshacerse de su software porque su compañía antivirus conquistó el mundo hace tiempo.
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