1. La pareja de ‘freaks’ más famosa
Alexánder Shpak quizá sea el freak más famoso de Rusia. Este tipo normal de San Petersburgo cambió completamente su apariencia en 2005. Tras renunciar a su trabajo como vigilante de seguridad, Alexánder, que entonces contaba 39 años, cubrió su cuerpo con tatuajes, se operó los labios, alargó sus uñas y dientes, se colocó implantes en el pecho y en los glúteos, se sometió a varias liposucciones, además de hacerse una cirugía para cambiar la forma de la frente y de las cejas.
Poco queda del Alexánder anterior. Este petersburgués, que ha redefinido la palabra “transformación”, usa maquillaje brillante y trajes provocativos para sorprender al público.
Su (cuarta) esposa, Irina, acepta la nueva imagen de su marido, pero se niega a hacerse tatuajes, “limitándose” a la cirugía en la cara y el pecho.
Ahora se gana la vida haciendo ejercicios de musculación y dirige un canal muy popular en Instagram, donde sobre todo habla de cocina.
El propio Alexánder comenta sobre su “reencarnación”: “Era un tipo de lo más normal. Podría haber sido un buen oficial de seguridad o un guardaespaldas, ¿pero luego qué?”.
2. Bíceps como una bazuca
Kirill Tereshin, de 22 años, es originario de Piatigorsk. Se hizo famoso en toda Rusia por su incontrolable deseo de hinchar los músculos de los brazos. Como no tenía dinero para el synthol, medicamento caro que se utiliza para aumentar el tamaño de los músculos, Kirill hizo su propio brebaje. “Para inflar mis brazos como los tengo ahora, habría necesitado seis litros. Eso me habría costado 200.000 rublos [más de 3.000 dólares], así que busqué otros medios”, dijo Tereshin en un popular programa de televisión ruso.
Kirill se inyectó en los músculos seis litros de una mezcla de aceite de oliva, alcohol bencílico y lidocaína. Es un brebaje con una composición similar a los ingredientes del synthol, pero de fabricación casera. Además, debido a un consumo incontrolado y a la indiferencia que mostró a la opinión de los expertos médicos, ha tenido grandes problemas de salud. Este hecho no es sorprendente... El synthol casero comprimió los nervios de sus brazos, causando un entumecimiento muscular y cambios tróficos en la piel, que adquirió un insalubre tono entre el rojo y el violeta.
Mientras los médicos vigilan su estado de salud, Tereshin gana dinero enviando saludos en vídeo por 3.000 rublos (45 dólares). Dice que en el momento álgido de su popularidad, llegó a ganar 36.000 rublos (530 dólares) al día para estos saludos en vídeo.
3. El primer hombre de Rusia con los ojos tatuados
Iliá Gúbarev quería cambiar su nombre por el de “Bombardero”, pero le pareció injusto que sus hijos tuvieran que vivir con ese patronímico. Así que, en vez de eso, acabó tatuándose el apodo de su infancia en la cara, encima de la ceja izquierda.
Pero no se detuvo ahí. Después de haber usado casi toda la piel de su cara para hacerse tatuajes, Bombardero decidió que era hora de inyectarse tinta en los ojos.
“He estado pensando en esta idea durante 18 meses. Ya se había hecho en Occidente, así que llamamos a un consultor en EE UU y, al final, todo salió bien”, dice.
Su lengua bífida, sus dientes caninos y sus tatuajes faciales se complementan con sus ojos negros (es bueno saber que todavía se preocupa por salvar de la vergüenza a sus futuros hijos).
Este tatuador de 32 años vive en Toliatti y cuenta con su propio canal en YouTube.
4. Hombre ornitorrinco
Evgueni Bólotov, de 30 años, ha sido descrito en la televisión rusa como la “persona más fea del país”. Tiene agujeros en la nariz, donde coloca unos gruesos y pesados piercings. Además, se ha hecho un túnel en el labio inferior, lo que le permite conectarlo a una perforación de su labio superior. El artilugio hace que sea difícil entender lo que está diciendo.
Hay algunos freaks que se arrepienten de lo que han hecho, pero no es el caso de Evgueni, que está orgulloso de sus cambios corporales. “Creo que es arte”, dice y considera que es un artista cuyo medio es su propio cuerpo. Afirma que se seguirá “estirando los labios”, o al menos, eso es lo que parece que ha dicho.
5. Una pareja surgida en el infierno
Dos satanistas de Perm, Konstantín y Natalia Ménshikov, llamaron la atención del público ruso debido a su atípica boda. La novia iba vestida con un abrigo de color rojo sangre, con una cresta verde y pestañas postizas del mismo color. Mientras que su prometido lucía orgullosamente una chaqueta negra decorada con un pentagrama.
Pero la fama de estos satanistas recién casados llegó cuando llamaron Lucifer a su recién nacido. “Fue idea de mi marido. Al principio me pareció un poco extraño, pero cambié de idea tras dar a luz. ‘Lucik’ sufrió falta de oxígeno al nacer y tuvo que pasar sus primeros días de vida conectado a un respirador. Me dirigí a Lucifer en busca de ayuda. Le prometí que si mi bebé sobrevivía, le pondría su nombre a mi hijo. Así fue como Lucifer terminó siendo el santo de nuestro hijo”, afirmó Natalia al diario Komsomólskaia Pravda.
El personal del Registro Civil trató de disuadir a la pareja, pero como los padres insistieron en el nombre y no había motivos legales para negarse, el niño se quedó con ese nombre infernal. “Tratamos de convencer a los padres de que un nombre así convertiría a su hijo en blanco de todas las burlas, pero, desafortunadamente, no teníamos ninguna razón oficial para negarnos”, comentó Tatiana Tuzhílina, jefa de la oficina del Registro Civil en el distrito Kírov en Perm.
Un año después, la pareja dio a luz a otro niño y lo llamó Voldemar. Pero ni los hijos ni las fuerzas de las tinieblas pudieron rescatar su matrimonio. Según afirman los medios de comunicación, Konstantín dejó a su esposa y a los dos diablillos por otra mujer seguidora de Satanás. Qué demonio...
Si estás pensando en un tatuaje, algo más discreto que los que hay aquí, te damos algunas ideas.