En octubre llegan a la región de Krasnoyarsk las primeras heladas. Esto hace aún más increíble la historia de Víktor Vinográdov, siberiano de 65 años que finalmente regresó a casa después de vagar durante 18 días en medio de la taiga con su pequeño perro, llamado Tor.
La familia alertó de su desaparición el pasado 3 de octubre. El hombre había salido a recoger setas y nunca regresó. Las llamadas y las búsquedas resultaron inútiles. Los equipos de rescate registraron casi 100 km² de bosque, en colaboración con fuerzas policiales y grupos de voluntarios. Cuando parecía que la esperanza se había esfumado completamente, Víktor y su amigo de cuatro patas aparecieron en una aldea a 25 km de casa. Los rescatadores decían que se había producido un milagro: nadie habría sido capaz de sobrevivir tanto tiempo en un territorio congelado, en una estación del año en la que apenas hay bayas y hongos (las únicas fuentes de alimento disponibles en la zona).
Tal y como contó la hija de Víktor, el hombre logró sobrevivir alimentándose de serbales (una fruta similar a las manzanas), masticando resinas vegetales y bebiendo aceite encontrado en una granja utilizada para la caza. Por la noche, se calentaba gracias a la ayuda de su perro, que en varias ocasiones cazó ratones, que luego él asaba.
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