Aquí os frecemos una nueva sesión de fotos de esta celebridad local, subidas a las redes sociales por los miembros de la Fundación de los Amigos de las Focas del Báltico. Y esto no es simplemente un intento de conmoverte lo más profundo, sino también de contarte sobre cómo Króshik se enfrenta el calor abrasador del verano en la antigua capital zarista de Rusia.
“Ahora estamos cambiando el agua de las piscinas más a menudo, para que no se caliente”, nos cuentan.
Króshik (algo así como “migajita”) ha estado viviendo con gente durante dos años, después de haber sido rescatada en muy malas condiciones. Pero lo que la convirtió en una verdadera estrella es su humanidad, simplemente no quiere volver a la naturaleza.
Sus rescatadores han hecho dos intentos para volverla a socializar con su entorno: al principio, se negó a irse. En su segundo intento, se alejó nadando, pero regresó de nuevo.
¿Quieres saber más sobre el pasado de Króshik? Pincha aquí.