El fotógrafo Kirill Uiútnov nació y creció en Moscú. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que la vida en la gran ciudad no era para él. Desde los 11 años, Kirill empezó a estudiar paleontología y participó en expediciones a diferentes partes de Rusia. Durante esos viajes, empezó a interesarse en la fotografía y a realizar fotoreportajes de sus viajes.
Ese es el modo en el que visitó Yakutia del Norte y del Sur, Chukotka y la región de Magadán, el Territorio Marítimo y Kamchatka, Karelia y la península de Kola, la región de Irkutsk y el Territorio de Transbaikal, el norte del Cáucaso, Crimea, el norte de los Urales y su parte polar, la meseta de Puterana y la península Taimir.
“He visitado las remotas regiones del norte de Rusia y he visto la vida diaria de las pequeñas poblaciones indígenas que viven allí desde una perspectiva muy diferente. Es muy distinto de lo que se ve en un programa de televisión o se lee en las revistas”.
En la actualidad, hay dos tipos de granjas de renos, explica Kirill. Las primeras se llaman “granjas familiares”. Las lleva gente que se ha dedicado a la cría de renos generación tras generación. Para ellos, el rebaño es una propiedad privada, y viven y se alimentan de sus renos.
Los renos son el modo de vida de numerosas comunidades indígenas que pueblan el norte de Rusia. Las granjas de renos a menudo significan una gran parte de la economía de los pequeños asentamientos rurales. Esta es la historia de algunos pastores de renos, filmada en el valle del río Burgajchan, en el distrito de Bilibinski (Chukotka), en 2011.
El segundo tipo de granja lo gestionan trabajadores asalariados. Están encargados de vigilar los pastos, de agrupar los renos y de tratar y cuidar a los animales enfermos. Sin embargo, les falta el vínculo personal que une al pastor y a sus renos, cuando el primero sabe que le pertenecen.
Este es el tipo de pastores a sueldo que trabajaban en el vale del río Chibagalaj, en el distrito de Mosmski, en Yakutia. Se trata de tierras alquiladas, como en cualquier otro tipo de explotación ganadera. Es el legado del sistema soviético, con sus sovjozs.
“Tristemente, en los tiempos soviéticos reinaba la prosperidad, y los pastores de renos eran gente con un buen nivel cultural y económico. Los renos recibían todos los cuidados que necesitaban. Por el contrario, hoy en día los pastores se hallan en una situación terrible”, describe Kirill.
“Los ganaderos de renos carecen de la formación y conocimientos necesarios, y no hay suficientes para atender rebaños numerosos. No son bastantes para cuidar a todos los animales y, como resultado, las enfermedades se extienden entre el ganado, y el crecimiento anual de la población de renos es igual a cero. Se trata de un trabajo duro en condiciones extremas. Las provisiones son escasas y los salarios no son mucho más altos que una pensión media en la capital”.
“Con los avances técnicos, la vida para los pastores de renos no solo no ha mejorado, sino que en ocasiones incluso ha empeorado. La situación es extremadamente grave en las granjas de renos al norte del Lejano Oriente ruso, especialmente en Yakutia”.
“Solo en contadas ocasiones los turistas o los geólogos pueden acceder a esas tierras remotas y verlo todo por sí mismos, pero no tienen la posibilidad de informar al público en general sobre lo que han visto. Con la ayuda de mis fotografías, quiero atraer la atención hacia los problemas que experimenta la industria del reno”, explica Kirill.
Aquí te contamos las tres lecciones de vida de los pastores de renos de la península de Kola.
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