Desde que en junio de 2020 entró en vigor la ley ‘Sobre la viticultura y la vinicultura en la Federación Rusa’, que establece un marco para el sector en términos de normas, denominaciones y apoyo estatal, la producción nacional ha experimentado un fuerte resurgimiento del interés, tanto por parte de los profesionales como de los consumidores, informó el diario Izvestia en un artículo dedicado a este fenómeno.
En primer lugar, se ha producido una expansión territorial de los viñedos en el país, del 4 al 7% anual, señala Dmitri Kiselev, presidente de la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Rusia, citado por el diario. También señala que este ritmo, aún modesto, debería acelerarse gracias a los esfuerzos realizados para desarrollar nuevas parcelas y construir viveros.
Según él, este éxito se debe en realidad a dos factores principales. “En primer lugar, en los últimos cuatro-cinco años, nuestros viticultores han alcanzado un nivel de calidad en todos los segmentos del mercado, desde el low cost hasta el premium, comparable al de los grandes productores de los países vitivinícolas "tradicionales", lo que ha sido señalado no sólo por muchos expertos en concursos internacionales, sino también por los consumidores”, afirma.
La segunda razón es la actual moda de los vinos locales, que ahora florecen en las cartas de la mayoría de los restaurantes de las grandes ciudades. Es el caso, por ejemplo, de la popular cadena Iakitoria, que cuenta con varias decenas de establecimientos centrados principalmente en la cocina japonesa. Según Alexánder Muratov, director de desarrollo y propietario de la marca, la empresa pretende aumentar la cuota de vinos rusos en su gama hasta el 30-40% a finales de año, y alrededor del 30% de los clientes ya se decantan por la producción nacional a la hora de hacer sus pedidos.
También cabe mencionar que el vino ruso se está beneficiando de la situación económica general de los últimos años: al disminuir las importaciones a Rusia, los profesionales locales han tenido la oportunidad de ganar terreno, mientras que los viajes internacionales se han visto restringidos, lo que ha hecho que los rusos no tengan más remedio que consumir alcohol en casa en lugar de en el extranjero.
Este conjunto de indicadores favorables también está conduciendo a un aumento significativo de los volúmenes embotellados. Según las cifras del Centro de Estudios de los Mercados Federales y Regionales del Alcohol, entre enero y agosto de 2022 se produjeron en Rusia unos 75 millones de litros de vino espumoso y no espumoso, un 31% más que en el mismo periodo del año anterior.
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