Imagina que falta una semana para recibir el sueldo pero ya no tienes nada de dinero en los bolsillos. ¿Te suena? Compras imprevistas, viajes de última hora o los cumpleaños de unos amigos. No importa lo que sea, mis amigos y yo notamos lo mismo con demasiada frecuencia: en un momento el dinero está ahí y luego, de repente, se ha ido, ha desaparecido.
¿Ocurre lo mismo en el resto del país? ¿Suelen planificar generalmente los rusos su presupuesto a largo plazo? Y si no lo hacen, ¿por qué no?
Vivir el momento
Aparentemente, no es algo que solo nos ocurra a mis amigos y a mí. Según Olga Kúzina, profesora de la Escuela Superior de Economía de Moscú, uno de cada dos rusos se considera analfabeto financiero y carece de las habilidades y los conocimientos necesarios para tomar decisiones financieras racionales.
¿Por qué esto tiene un impacto en la economía? “Si los consumidores compran productos financieros sin entender cómo funcionan, tendrá consecuencias negativas tanto para su bienestar personal como para la economía en general”, señaló Kúzina durante la conferencia Rusia Contemporánea, celebrada el 21 de agosto en el Instituto Strelka. La experta considera que cuanto más cualificado financieramente sea el consumidor medio, es menos probable que sea víctima de estafas como los esquemas Ponzi y de los oscuros actores del mercado.
Es más, la mayoría de los rusos no lleva un registro de sus movimientos de efectivo y no hace planes presupuestarios a largo plazo, dice Kúzina. Solo el 12% hace un registro por escrito de los ingresos y de los gastos del hogar, y entre el 14% y 16% planifica su presupuesto con un año de anticipación. Paradójicamente, a pesar de que los rusos tienden a planificar su presupuesto a corto plazo, consiguen vivir dentro de sus posibilidades, sin endeudarse demasiado.
Individuo vs. sistema
¿Por qué ocurre esto? Kúzina piensa que hacer planes a largo plazo es simplemente inútil por dos razones. “Mi primera sugerencia es que mucha gente tiene bajos ingresos. ¿Para qué escribirlo? Es fácil hacer los cálculos mentalmente”, dice.
“La segunda sugerencia es que la gente carece de estrategias a largo plazo, porque mantener un presupuesto es demasiado complicado. Lo hacemos solo si tenemos ingresos significativos. Además, solo tendemos a planificar con anticipación si hay una meta importante a largo plazo, como comprar un apartamento o un automóvil”, agrega.
Otro factor importante es que el propio sistema económico impide que la gente se alfabetice más en finanzas, cree Kúzina. “El sistema dificulta la planificación de un presupuesto por adelantado o incluso la planificación de la vida futura. Incluso si tratamos de educar a la gente para que tenga una mayor alfabetización financiera, la situación no cambiará”, argumenta.
Sin embargo, no se debería culpar al sistema, dice Román Blinov, del Centro Financiero Internacional. “Tanto el sistema como las personas son culpables. El sistema, en su versión actual, no puede hacer nada ante la afluencia de dinero ni ante el crecimiento de los ingresos privados”, argumenta. “¿Cómo puede uno planificar si los ingresos no son estables o si terminan antes de que pueda pensar en una planificación a largo plazo? Al mismo tiempo, hay que saber planificar racionalmente, lo que requiere cierto conocimiento de la economía en general. Esto, a su vez, es demasiado complicado para nuestra población”.
El ‘avós’ ruso
Al mismo tiempo, hay un fuerte rasgo nacional, el llamado avós, que básicamente es un espíritu aventurero que confía en fuerzas externas para garantizar el éxito. “Tratar de erradicarlo no solo sería inútil, sino también contraproducente”, afirma Piotr Pushkariov, analista jefe de la firma financiera TeleTrade. Hay muchas cosas en Rusia que dependen de este principio. Precisamente ha sido el avós el que ha hecho que el desarrollo económico del país sea tan inestable, piensa este experto.
“Nuestra creencia es más fuerte que el cálculo. Llegamos por avós, dice un refrán... que es un fiel reflejo de la realidad”, explica Pushkariov. “Este es el principio que impulsa la economía y, por supuesto, acaba creando un círculo vicioso. A una persona le resulta difícil hacer planes, porque todo el mundo sabe que es imposible predecir el valor del rublo dentro de un año, que es muy probable que la inflación baja sea temporal y que los ahorros hechos a lo largo de la última década pueden perder su valor, si no se invierten o se gastan ahora”.
El propio Pushkariov admite que él mismo tiene esto en cuenta en la gestión de su propio dinero y que el avós, junto con un cierto nivel de control, es lo que muchas veces ha desempeñado un papel crucial en su vida: “Nunca me ha fallado en momentos como la compra de un apartamento o en muchos viajes”, afirma.
¿Es Rusia un país rico o pobre? Aquí tratamos de sacarte de dudas.