Las telenovelas latinoamericanas que conquistaron la URSS

Más de 200 millones de personas seguían las series mexicanas y brasileñas.

Más de 200 millones de personas seguían las series mexicanas y brasileñas.

Captura de la pantalla
200 millones de personas de Rusia y las repúblicas postsoviéticas seguían en los años 90 las peripecias de Los ricos también lloran, La esclava Isaura, Simplemente María y otras series brasileñas y mexicanas.

Corría el año 1988. Mujeres, niños, niñas y hombres, todos estaban pegados a la pantalla esperando la aparición de sus personajes favoritos.


No se permitía hablar ni hacer ruido en casa durante la transmisión del nuevo episodio. El país entero quedaba hipnotizado por la magia de las telenovelas latinoamericanas. Sus personajes se convirtían en vecinos del barrio e incluso en miembros de familia.


La primera telenovela que conocieron los soviéticos fue La esclava Isaura de producción brasileña, que fue emitida por la Televisión Central Soviética en 1988 y 1989.

La serie cuenta la historia de amor entre una esclava mestiza y un terrateniente que vence pese a las diferencias sociales de los protagonistas y otras adversidades.

El éxito de la primera novela impulsó a la televisión soviética a comprar los derechos de la serie mexicana Los ricos también lloran que se estrenó en Rusia y el espacio postsoviético en 1991.

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Pese a que la novela llegó una década más tarde a la URSS (fue grabada en México en los años 70) y que solo una persona doblaba las voces de todos los personajes, la historia de amor entre una mujer pobre y un hombre rico se llevó la taquilla. Medio país lloraba junto con la protagonista mientras oía el español que sonaba de fondo. Según el diario El País, “200 de los 300 millones de exsoviéticos eran capaces de abandonar toda actividad para presenciar la rocambolesca historia de amor de Mariana y Luis Alberto”.

La gente volvía corriendo del trabajo para no perder el nuevo episodio, que se emitía por la tarde y se repetía al día siguiente por la mañana. Mi abuela no se perdía ninguna de las transmisiones para poder disfrutar una vez más de sus escenas favoritas y luego discutirlas con sus amigas. Las telenovelas se emitían de lunes a viernes, por lo cual para muchos los fines de semana se hacían largos sin compañía de sus amigos latinos.

Todo lo que ocurría en las telenovelas se tomaba muy a pecho. En un mercadillo, en transporte público la gente comentaba lo sucedido en el último episodio, poniendo a parir a Luis Alberto y lamentando por el duro destino de Mariana, como si fueran vecinos del barrio o miembros de su propia familia. Se borraron los límites entre la vida real y la ficción, entre la Rusia de finales de los años 90 y lejana América Latina.

Conquistar el corazón de los soviéticos

¿Por qué la gente adoraba las telenovelas brasileñas y mexicanas? Basta decir que en un país triste y frío, donde a finales de los 80 y principios de los 90 escaseaban alimentos en las tiendas y la gente vestida mal y sin gusto, hacía colas kilométricas para conseguir un electrodoméstico o un armario nuevo (igual que el de su vecino), de repente se produjo una explosión de colores, luces, pasiones e intrigas latinoamericanas. Las apasionantes historias de México y Brasil llenaron las casas y los corazones de los soviéticos.

Las telenovelas también dejaron su huella en el lenguaje de los rusos. Las palabras “adiós”, “buenos días” o “hijo de puta” empezaron a formar parte del vocabulario rutinario de la gente en la calle. Las dachas (casas de campo), el gran amor y orgullo de los rusos, pasaron a llamarse “fazenda” en portugués, gracias a la influencia de “La esclava Isaura”.

Además, algunos expertos afirman que las novelas latinoamericanas impulsaron las ventas de televisores en color: los soviéticos se negaban a seguir viendo a sus personajes favoritos en blanco y negro.

La tercera telenovela que llegó a Rusia fue Simplemente María, de producción mexicana.

 
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Después, la siguieron Rosa salvaje, Tú o nadie, Mi segunda madre y muchas otras series mexicanas.

Verónica Castro, la mejor actriz de Rusia

Las actrices de telenovelas como Victoria Ruffo y Verónica Castro, eran consideradas grandes estrellas en el país eslavo y sus imágenes fueron utilizadas en numerosas campañas comerciales.

 Verónica Castro. Foto: Kinopoisk.ru Verónica Castro. Foto: Kinopoisk.ru

Así, Victoria Ruffo protagonizó un anuncio publicitario de MMM, la mayor pirámide financiera de Rusia en aquella época.

En 1992 Verónica Castro visitó Moscú. Como recuerdan los agentes de la actriz que la recibieron en la capital, hubo 5.000 personas en el aeropuerto esperando a la estrella de televisión. Verónica no podía creer que toda esta gente había acudido al aeropuerto por ella. Durante aquella visita la  mexicana fue condecorada por el presidente ruso, Borís Yeltsin, como la mejor actriz de Rusia.

En 2010, casi veinte años después del lanzamiento de Los ricos también lloran, su protagonista, Verónica Castro, volvió al país eslavo para participar en el jurado del programa “Un minuto de gloria”.

Anteriormente, canción soviética «Míster Trololó» interrumpió la TV estadounidense y telespectadores pensaron que fue un ciberataque.

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