Hace tiempo que los científicos sabían que los indios americanos tienen un parentesco cercano con los pueblos de Altái. La hipótesis sobre la migración de los pueblos altaicos desde Siberia a través de Chukotka, en el noreste de Rusia, y Alaska continuando hacia el sur hasta llegar a la Tierra del Fuego apareció hace un siglo. Desde entonces, investigadores de distintas universidades del mundo han intentado demostrarla.
A finales de 2015, el genetista ruso Oleg Balanovski puso punto final a esta cuestión.
En 2013, las dos revistas científicas más prestigiosas del mundo, Nature y Science, publicaron artículos sobre el análisis del genoma completo de los indios americanos y de sus antepasados siberianos. Estos se compararon con los de la población de todas las regiones del mundo.
En la primera investigación se estudiaron los genomas de 48 personas de Brasil. En la segunda, 31 genomas de población procedente de toda América y de Siberia.
En ambas investigaciones se confirmó que los antepasados de los indios americanos llegaron al continente hace unos 20.000-30.000 años desde Siberia.
Después de la publicación de estos artículos, Balanovski decidió llevar a cabo un estudio a mayor escala.
Durante la primera etapa de la investigación, los científicos analizaron muestras de ADN. “En nuestro biobanco tenemos más de 25.000 muestras de miembros de 90 grupos étnicos de Rusia y los países vecinos”, comenta Balanovski a RBTH.
En la segunda etapa se analizaron distintos marcadores del ADN obtenido de las muestras de sangre: el cromosoma Y, que se hereda por línea masculina, el ADN mitocondrial, que se transmite por línea femenina, y otros cromosomas que se combinan entre los dos progenitores.
Como resultado, los científicos han podido asegurar que los indios americanos están relacionados genéticamente con los pueblos de Altái. Pero durante la investigación se ha realizado otro descubrimiento. “Además de los antepasados siberianos, en algunos indios hemos encontrado una misteriosa relación con la población de Australia y la Melanesia, islas que se encuentran en el océano Pacífico. Es algo sorprendente, ya que estas regiones se encuentran prácticamente en las antípodas”, aclara Balanovski.
Los científicos ya han averiguado cuál fue la ruta por la que los indios llegaron a América desde Altái. “El lugar que ahora ocupa el estrecho de Bering antes podía cruzarse a pie. Durante la glaciación, el agua se convirtió en hielo y el nivel del océano mundial descendió”, explica Balanovski.
El experto añade que por ahora no queda claro si la migración desde Australia y la Melanesia se produjo por mar o por tierra a través de la cadena de las islas Aleutianas. Los arqueólogos siguen intentando desvelar esta cuestión.
“Esta investigación confirma la hipótesis de que los pueblos de Altái son parientes de los indios americanos. Hemos conseguido dar con una prueba irrefutable de ello”, comenta el genetista Valeri Ilinski, investigador del Instituto de Genética General de la Academia Rusa de Ciencias.
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