15 palacios de San Petersburgo y sus alrededores en lo que vivieron los zares rusos (FOTOS)

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Pablo I vivió en el palacio Mijáilovski sólo cuarenta días. Y Pedro I diseñó una mansión a orillas del mar, a la que llamó ‘Mi placer’ (Monplaisir). Te ofrecemos una selección de los palacios más destacados en los que vivieron los monarcas rusos.

Casita de Pedro el Grande

Esta casita situada en Petrográdskaia storoná se llamaba a menudo palacio. Fue el primer edificio de San Petersburgo que se levantó para Pedro el Grande en sólo tres días. Vivió aquí sólo en verano y hasta que se construyó el Palacio de Verano.

En los últimos siglos, no ha habido grandes cambios aquí: se conservan las pinturas de las puertas y las paredes siguen tapizadas con lona de vela.

Palacio de Verano

La mansión se construyó entre 1710 y 1714: Pedro el Grande vivía aquí de mayo a octubre. Era la residencia personal del emperador y su familia. Los aposentos del monarca estaban en la planta baja, y Catalina I se alojaba en la primera planta.

En las habitaciones del palacio se conserva el mobiliario de la época de Pedro el Grande.

Palacio de Invierno

Durante más de 140 años, este palacio fue la residencia de invierno de los emperadores rusos. Su construcción terminó cuando reinaba ya Catalina II.

En 1764 se trajeron aquí desde Berlín más de trescientos cuadros de la colección de Johann Ernst Gotzovsky, que se convirtieron en la base del futuro museo. Se colocaron en salas llamadas Hermitage.

Castillo Mijáilovski

El decreto sobre la construcción de este palacio fue uno de los primeros emitidos por el emperador Pablo I. Él mismo participó en el desarrollo de su proyecto arquitectónico, siendo aún Gran Duque. El monarca decidió construir el palacio en el lugar donde se encontraba el antiguo Palacio de Verano, en el que nació. Para Pablo I el castillo no era sólo una residencia imperial, sino también su palacio de Gran Maestre de la Orden de Malta.

Pero Pablo sólo vivió cuarenta días en su palacio: la noche del 12 de marzo de 1801 fue asesinado en sus propios aposentos. 

Palacio Ánichkov

Desde principio estaba previsto que en el edificio más antiguo de Nevski Prospekt se alojaría Alexéi Razumovski, uno de los favoritos de Isabel Petrovna. Luego, durante muchos años el palacio sirvió de regalo de bodas.

Por ejemplo, así el Gran Duque Nikolái Pávlovich, el futuro Nicolás I, se convirtió en su propietario. Aquí vivió durante la Cuaresma. Además, este palacio se convirtió en la residencia de invierno de la familia imperial durante la renovación del Palacio de Invierno. Más tarde fue elegido por Alejandro III como casa principal.

Palacio de Peterhof

El lujoso palacio a orillas del golfo de Finlandia era el centro de las fiestas de la corte y la principal residencia imperial de verano. Isabel Petrovna comenzó a reconstruir el modesto palacio de Pedro, conservando el Gabinete de Roble de su padre.

Catalina II organizó aquí fastuosas celebraciones todos los años el Día de San Pedro. Los interiores del palacio son de una riqueza asombrosa: el Salón de Baile brilla literalmente con oro, y los Salones Chinos le dan un toque exótico.

Palacio Monplaisir

“Mi placer” - así llamó Pedro el Grande a este palacio de Peterhof. Él mismo eligió el lugar: a orillas del mar. Y dibujó el plano: el emperador quería que el edificio se pareciera a un barco a punto de zarpar en el mar tempestuoso. Aquí le gustaba descansar, decía que “en ningún lugar descansaba tan bien como en Monplaisir, y en mis sueños veo el mar y los barcos”.

Por su aspecto exterior, el edificio recuerda, más bien, una casa de campo holandesa que un palacio, pero esta impresión es engañosa. El interior está amueblado con lujo real. Su gabinete chino fue el primero de su clase en Rusia, al igual que la colección de pinturas de Europa Occidental reunida por Pedro el Grande.

Casa de campo

Nicolás I confesó: “Sólo descanso en mi Peterhof favorito”. La residencia privada del emperador y su familia estaba situada lejos del Gran Palacio. Un palacete de estilo neogótico con balcones, miradores y terrazas se convirtió en el centro del Parque Alejandra.

Aquí el emperador no era un monarca, sino, según sus propias palabras, “el marido de una terrateniente de Peterhof”.

Palacio de la Granja

En la década de 1830, la granja con un establo y un adosado de dos plantas en Peterhof fue ocupada por el zarévich Alexánder. Y en 1860 se convirtió en el Palacio de la Granja oficial de Alejandro II.

Fue el único edificio erigido para este monarca. Aquí el emperador trabajó en el proyecto de ley sobre la abolición de la servidumbre.

Palacio chino

Fue la residencia de verano de Catalina II en Oranienbaum. El palacio está decorado al estilo chinoiserie y adornado con muebles de laca china y japonesa, porcelana y espejos.

Su joya principal es el Gabinete Stekliarus (literalmente, Gabinete Canutillo), con paneles bordados con hilo de seda y cuentas de cristal.

Palacio en Strelna

Esta pequeña mansión, cuyas ventanas dan al mar, se considera uno de los edificios más antiguos de Strelna. Pedro el Grande solía parar aquí de camino a Peterhof o Kronstadt.

Aquí se dispusieron para él un huerto, un vergel y un colmenar, por lo que al emperador se le servían platos elaborados con productos cultivados aquí.

Palacio de Gátchina

El primer propietario real de este palacio fue Pablo I. Catalina II le compró la finca a los herederos de su favorito Grigori Orlov. Tras reconstruirlo a su gusto, Pablo lo convirtió en una imponente fortaleza con baluartes y un foso que rodeaban el palacio, y dispuso una gran plaza delante de él.

Nicolás I dejó inalteradas las estancias pertenecientes a su padre. Venía aquí a cazar, celebraba bailes y recepciones. Para Alejandro III Gátchina se convirtió en su residencia principal.

Gran Palacio de Catalina

El magnífico palacio fue construido por orden de Catalina la Grande, y durante el reinado de Isabel Petrovna adquirió su aspecto solemne actual. Por fuera parecía un joyero y por dentro era asombrosamente lujoso. Al principio, Catalina II no le tenía mucho cariño a este palacio: “A la emperatriz Isabel se le antojó dorar todo en el exterior y el interior; no hay ni una sola silla cómoda...”, - refunfuñaba.

Durante su mandato se construyeron aquí magníficos salones de estado, entre ellos el Salón Árabe. A Alejandro I también le gustaba alojarse en el Palacio de Catalina. La joya principal del palacio era el Salón de Ámbar - un regalo a Pedro I del rey prusiano Federico Guillermo.

Palacio de Alejandro

Cuando venía a Tsárskoie Seló, Nicolás I se alojaba en el Palacio de Alejandro. Y para Nicolás II fue residencia permanente desde 1905.

El Palacio de Alejandro no fue elegido por casualidad: aquí nació el último emperador ruso. Desde aquí viajó en 1917 con su familia a Tobolsk.

Palacio de Pávlovsk

Pávlovsk se convirtió en residencia imperial en 1796, cuando el zarévich Pável Petróvich ascendió al trono. En total contraste con el esplendor del Palacio de Catalina en Tsárskoie Seló, esta mansión a orillas del río Slavianka tenía un aspecto mucho más modesto.

Sus habitaciones albergaban una vasta colección de obras de arte, muebles y cerámicas que Pablo y su esposa habían traído de sus viajes por Europa.

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