10 obras de la pintora vanguardista Olga Rózanova que tienes que conocer (FOTOS)

Cultura
ANNA POPOVA
Vivió sólo 32 años, pero consiguió crear toda una tendencia en el arte, conocida como ‘tsvétopis’ (pintura en color, en ruso). Creó uno de los cuadros más famosos de la vanguardia rusa.

1. Retrato femenino, 1906-1907

Rózanova nació en la pequeña ciudad de Mélenki, pasó su infancia en la antigua Vladímir y a los 20 años fue a Moscú a estudiar pintura. En la Escuela de Arte de Konstantín Yuón y Nikolái Uliánov entabló amistad con otra futura pintora de vanguardia, Liubov Popova. Este retrato es uno sus primeros trabajos de aprendiz.

2. ‘Casa roja’, 1910

En busca de su propio estilo, Rózanova exploró nuevas direcciones: sus primeros paisajes son de estilo fauvista con acentos de colores vivos. El cielo azul, los tejados verdes y azules de las casas, la fachada roja del gymnasium femenino de Mélenki al final de un callejón de árboles monocromos: así retrataba la artista un rincón de su ciudad natal.

3. ‘Café’, 1911

En 1908 se celebró en Moscú una exposición impresionista, la primera a gran escala del movimiento fuera de Francia. Se presentaron más de 250 obras de distintos pintores: Pissaro, Degas, Cézanne, Toulouse-Lautrec. etc. Había cuadros de Van Gogh, incluido Café nocturno, que más tarde compró un filántropa, Iván Morózov. Impresionada por lo que vio, Rózanova pintó Café, un homenaje voluntario o involuntario a su nuevo ídolo: Van Gogh.

4. Autorretrato, 1912

En 1911 volvió a estudiar en la Escuela de Zvántseva de San Petersburgo y se convirtió en miembro de la primera gran asociación de vanguardia, la Unión de la Juventud. El coleccionista y mecenas Levki Zheverzhéiev, que apoyaba el movimiento, compró su cuadro Café. Al mismo tiempo, la artista conoció a Kazimir Malévich y Pável Filónov, al poeta y artista Alexéi Kruchiónij, con quien mantuvo un romance. Éste utilizó su Café como ilustración en su colección Vozrópshchem y la dedicó a “la primera artista de Petrogrado, Olga Rózanova”.

5. ‘La jota negra’, 1912-1913

Junto con Kruchiónij, Rózanova creó 18 libros: para las colecciones pintó ilustraciones en la técnica del collage. Por ejemplo, en la futurista Zaúmnaia gniga se utilizaron linograbados basados en obras de una serie pictórica sobre naipes. Se cree que Rózanova representó a sus colegas vanguardistas: Aleksandra Ekster es la Dama de Diamantes, Natalia Goncharova es la Reina de Espadas, y Malévich es el Rey de Diamantes. Para pintar la Jota de Diamantes se inspiró en Alexéi Kruchiónij.

6. ‘Incendio en la ciudad’, 1914

En 1914 la artista viajó a Roma, invitada por el “padre” del futurismo, Filippo Tomaso Marinetti, para participar en la Primera Exposición Internacional Futurista. En esta época pintó el cuadro Incendio en la ciudad, en el que representó edificios, puentes, transportes en movimiento.

7. Pegatina abstrusa nº 1, 1915

Para uno de los libros de Kruchiónij, la artista creó una serie de collages (las así llamadas pegatinas abstrusas) utilizando diversas combinaciones de colores. El poeta quedó encantado y dijo que “el lenguaje abstruso echa una mano a la pintura abstrusa”. Quizás una de las primeras personas que vio estas obras fue Malévich, que por aquel entonces vivía al lado del poeta. La artista creería más tarde que Malévich se inspiró en las ideas de sus obras con los “elementos primarios de la imagen”. “Todo el suprematismo son mis pegatinas: una combinación de planos, líneas, discos y absolutamente sin unir objetos reales”, escribió.

8. ‘Metrónomo’, 1915

En diciembre de 1915 se inauguró en Petrogrado la exposición La última exposición futurista de pinturas ‘0.10’ que se convirtió en el manifiesto del suprematismo. Fue entonces cuando el público vio el Cuadrado negro de Malévich. Olga Rózanova participó en la exposición con sus pinturas y ensamblajes. Combinaciones de colores y formas, diferentes texturas de objetos, palabras incrustadas... Ella intentaba ver y plasmar en el lienzo incluso los objetos cotidianos más corrientes de una forma nueva.

9. ‘Tsvétopis’ (Pintura en color), 1917

Rózanova no sólo se dedicó a la pintura, sino también a la poesía. Y se interesó cada vez más por el color: creó su propio movimiento artístico, tsvétopis (pintura en color), en el que la teoría del color era el protagonista. Lo llamó “colorismo transformado”.

10. ‘Raya verde’, 1917-1918

El primer año después de la revolución lo pasó en constante trabajo: bordó pancartas para las festividades del Primero de Mayo en Moscú y diseñó las decoraciones para las celebraciones con motivo del primer aniversario de la Revolución de Octubre. En ese momento, Rózanova creó una de sus obras más conmovedoras: Raya verde. No es casual que el cuadro tenga un segundo título: Luz rociada. El rayo verde sobre un fondo blanco brillante parece vibrar, pierde sus contornos. Y parece que sólo un fragmento de la imagen está dentro del cuadro.

A finales de otoño, la artista enfermó repentinamente de difteria. El 7 de noviembre murió en un hospital de Moscú.

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