Esta estación polar rusa se creó en 1968, pero no se propuso construir el templo en ella hasta la década de 1990. El lugar para la construcción se eligió en 2000, y se montó e inauguró para los exploradores polares dos años después.
En el altar del templo hay una lista de todos los que murieron en el continente: un centenar de exploradores polares rusos y soviéticos, por los que rezan los sacerdotes.
Los párrocos del templo se turnan una vez al año aproximadamente, según el calendario de los trabajadores de la estación antártica. Los servicios religiosos se celebran los fines de semana y los días festivos.
Aparte del servicio espiritual, tienen las mismas tareas que cualquier otro allí: quitar la nieve, trabajar con sierras y hachas... En la Antártida siempre hay cosas que hacer.
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