1. ‘Eugenio Oneguin’ rara vez se lleva a la pantalla
El mero hecho de que se haya estrenado una nueva adaptación cinematográfica de esta novela ya es un motivo para verla. A diferencia de Anna Karenina de Tolstói, que se ha adaptado al cine decenas de veces, pocos directores se atreven a llevar a la pantalla la gran novela de Pushkin.
Es extremadamente difícil poner la novela en escena o adaptarla al cine. En primer lugar, porque está escrita en verso y cualquier arreglo parece un insulto al brillante texto.
Además, la novela tiene una estructura y composición bastante complejas y un contenido muy polifacético. Por eso la llaman “enciclopedia de la vida rusa”. Además del amor, el texto tiene muchos temas distintos, reflexiones filosóficas, descripciones de la naturaleza y del modo de vida tanto rural como de la alta sociedad.
2. El texto de Pushkin se ha conservado parcialmente en la película
En la adaptación cinematográfica británica de 1999 protagonizada por Rife Fiennes y Liv Tyler prescindieron de los versos de Pushkin. Y esta era la principal intriga de la nueva adaptación: ¿se conservaría o no el texto del gran poeta?
En el mundo actual, una película en la que los personajes hablan en verso durante dos horas estará muy probablemente condenada al fracaso. Es casi imposible mantener la atención del espectador moderno durante tanto tiempo recitando poesía, aunque sea del propio Pushkin.
Por eso el guionista Alexéi Gravitski reescribió los diálogos en prosa, pero utilizando frases y expresiones enteras del texto original. Quedó bastante bien, aunque para verdaderos conocedores y amantes de la obra de Pushkin ver estos diálogos puede suponer un sufrimiento. Hay que reconocer que algunas frases suenan muy raras al ser reescritas en prosa. Y a veces incluso chocan.
Los productores encontraron una forma elegante de incluir también la poesía. Introdujeron el personaje del narrador (que aparece en la propia novela y que es como el alter ego de Pushkin) y dejaron para él el texto en verso de Pushkin. Está presente de forma invisible en muchas escenas: en algunos momentos se preocupa por los personajes de forma paternal y en otros explica detalles de la trama. Este papel fue interpretado por Vladímir Vdovichénkov, que recitó muy bien los poemas de Pushkin. También dos grandes declaraciones de amor (la carta de Tatiana a Oneguin y la carta de Oneguin a Tatiana) se dejaron en verso.
3. El película es fiel al libro
La película es bastante fiel al libro y cuenta muchos detalles. Se muestra brevemente la juventud de Oneguin y su vida en San Petersburgo, pero su vida en el pueblo, el encuentro con Lenski y la familia Larin, se cuentan con gran detalle. Incluso se adapta una escena de un viaje de Oneguin en el que come ostras con limón en Odesa.
4. Hermosos lugares de rodaje en Rusia
La película fue dirigida y producida por Sárik Andreasián, que tiene una fama contradictoria, y normalmente los críticos no esperan de él un cine profundo. Su filmografía incluye más de 20 comedias ligeras, en las que a veces hay humor de baja calidad. Sin embargo, el público decidió comprobar por sí mismo qué tipo de filme había hecho, y durante el primer fin de semana la película encabezó la taquilla en Rusia y los países de la CEI, recaudando más de 300 millones de rublos, y se convirtió en la más taquillera de la carrera de Andreasián.
Una de las principales ventajas de la novela son los lugares de rodaje. Como señalaron algunos críticos, por la belleza mostrada en la película el espectador perdona todos los demás defectos.
La novela Eugenio Oneguin es famosa por el hecho de que muestra una Rusia diversa: describe todas las estaciones del año, la sociedad de San Petersburgo, la vieja Moscú y cuenta en detalle cómo era la vida en un pueblo.
En la película se presta una gran atención a los paisajes de Rusia. Se muestra la naturaleza de la región de Pskov, los lugares donde Oneguin estuvo en la finca de su tío y, en realidad, los lugares donde el propio Pushkin escribió la novela. Las escenas en la casa de los Larin se grabaron en la finca Petróvskoie, en las montañas de Pushkin, que en su día perteneció al abuelo del poeta. El propio poeta estuvo aquí muchas veces.
Hay maravillosas vistas de San Petersburgo y del palacio de Tsárskoie Seló. Algunas escenas se rodaron en el palacio de Gátchina y en el de Yelaguin. Aunque parece que los creadores de la película se pasaron un poco “alojando” a la nobleza, aunque rica, en residencias reales. Pero el ambiente está recreado a la perfección.
5. El director no eligió a actores jóvenes
En Internet hubo una discusión sobre la elección del actor para el papel de Oneguin. El personaje de Pushkin, de 26 años, fue interpretado por Víktor Dobronrávov, de 41 años. Y fue su edad lo que se convirtió en el principal objeto de crítica.
Sin embargo, en la novela, Pushkin describe a un Oneguin aburrido, como si hubiera envejecido antes de tiempo, cansado de la vida, como si ya fuera todo un anciano. En este sentido, un actor un poco mayor no parece fuera de lugar. Además, Dobronrávov tiene un aspecto bastante aristocrático, y uno puede imaginárselo como un noble del siglo XIX. Es más, lleva 10 años interpretando este papel en la producción Eugenio Oneguin en el Teatro de Vajtángov de Moscú.
Muchos tampoco quedaron satisfechos con la actriz Yelizaveta Moriak, de 28 años, que interpretó a Tatiana Larina, que en la novela tiene unos 17 años. Sin embargo, Moriak entendió muy bien el carácter de Tatiana e interpretó con éxito su papel.
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