1. ‘El caminante del cielo’ (1945)
Al comandante Vasili Búlochkin, tras ser herido, se le prohibió categóricamente pilotar aviones de combate de alta velocidad. Para su disgusto, se vio obligado a cambiar a un bombardero nocturno lento U-2 (Po-2). Además, también fue nombrado comandante del escuadrón femenino...
Esta comedia comenzó a rodarse en 1944, cuando el desenlace de la Segunda Guerra Mundial ya estaba cantado. El gobierno dio instrucciones a los estudios cinematográficos para que hicieran una “película alegre y jovial sobre nuestros valerosos soldados”.
Para el rodaje se utilizaron aviones de combate reales, y los asesores y suplentes fueron pilotos que regresaron del frente. Una de las actrices pidió una vez a un piloto que la llevara a dar una vuelta en el avión y le demostrara un par de trucos. Durante un “bucle muerto”, milagrosamente no se cayó de la cabina: resultó que se había olvidado de abrocharse el cinturón.
Los críticos consideraron frívola El caminante del cielo, y Stalin la calificó de “aburrida y vacía”. Sin embargo, la película sigue siendo una de las películas soviéticas más queridas en la antigua Unión Soviética.
2. ‘Historia de un hombre de verdad’ (1948)
A finales de marzo de 1942, el avión de combate de Alexéi Marésiev es derribado sobre un bosque del norte de la URSS. Para llegar hasta los suyos, el piloto con las piernas dañadas tiene que arrastrarse decenas de kilómetros por el suelo helado.
La película está basada en la historia real del piloto Alexéi Marésiev, que a costa de un gran esfuerzo consiguió salir del bosque. A causa de la congelación de los pies le fueron amputadas ambas piernas, pero el piloto no se rindió y consiguió volver a la aviación militar.
El intérprete del papel principal Pável Kádochnikov se reunió personalmente con Marésiev y voló en un avión de combate. Para representar de forma creíble el sufrimiento de su héroe, rellenó sus botas con conos de abeto durante el rodaje
3. ‘Crónica de un bombardero en picado’ (1967)
La película narra la vida cotidiana de uno de los escuadrones de bombarderos soviéticos en el verano de 1944. Los jóvenes pilotos se aburren entre las salidas de combate, se enamoran, se pelean, hacen las paces y preparan “licor Chasis” a partir de una mezcla de alcohol, glicerina y jarabe de frambuesa.
No se conservaba ninguno de los bombarderos Pe-2 al comienzo del rodaje. Su papel lo reinterpretaron aviones checoslovacos repintados Let-L 200 Morava.
El Héroe de la Unión Soviética Mayor General de Aviación Anatoli Anpílov trabajó como consultor militar durante el rodaje. Como guiño, en la película se puede ver la frase “¡Una bomba como la del Mayor Anpílov!” pintada en uno de los edificios.
4. ‘Sólo los viejos entran en combate’ (1973)
La película cuenta la historia del segundo escuadrón del Regimiento de Aviación de Caza de la Guardia durante la batalla por el río Dniéper en el verano de 1943. Los pilotos, bajo el mando del capitán de la Guardia Titarenko, apodado “Maestro”, luchan desesperadamente contra el enemigo, y durante su descanso disfrutan haciendo música.
El director Leonid Bíkov tuvo grandes problemas durante el rodaje: a los responsables de la película no les gustó nada esta historia, en su opinión, “poco heroica”, con algunas canciones.
En la lucha contra la burocracia Bíkov contó con la gran ayuda del Mariscal del Aire, tres veces Héroe de la Unión Soviética, uno de los mejores pilotos de combate de los países de la coalición antihitleriana Alexánder Pokrishkin.
Además, gracias a los esfuerzos del comandante militar, el equipo de rodaje tuvo a su disposición cuatro Yak-18 de entrenamiento, decorados como cazas soviéticos, así como el avión checoslovaco Zlin Z-326, que interpretó el papel del Messerschmitt-109 alemán.
Sólo los viejos entran en combate, de 1974, fue vista por 44 millones de personas. En las listas de las mejores películas de la historia de la cinematografía soviética, figura sistemáticamente entre las mejores.
5. ‘Portadores de torpedos’ (1983)
Portadores de torpedos es la historia de los pilotos del regimiento de aviación de torpedos de la Guardia de las Fuerzas Aéreas de la Flota del Norte durante la defensa de la región polar. Cazan convoyes alemanes en el Ártico, y entre salida y salida intentan resolver sus complicados problemas personales en tierra.
Los aviones para el rodaje fueron proporcionados por el Museo de la Fuerza Aérea de la Flota del Norte en Safónovo, región de Múrmansk. Recuperados literalmente en pedazos, el Messerschmitt-109, el hidroavión MBR-2 y el protagonista de la película IL-4 no podían volar, pero sí rodar estáticos en el aeródromo.
Se usaron imágenes de vuelos, batallas y ataques a buques alemanes tomadas de noticiarios militares. Además, al final de la película el espectador puede ver fotos de pilotos de la Flota del Norte, que participaron en la Segunda Guerra Mundial.
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