‘Femme fatales’ de la pantalla soviética: las aristócratas más bellas de la URSS

V.Murashko/Sputnik/Sputnik
La cinematografía soviética no sólo presentaba mujeres fuertes, sino también bellezas sensuales.

Los personajes femeninos más populares del cine soviético eran mujeres de carácter fuerte e independiente: trabajadoras, profesionales de éxito, intelectuales estrictas, partisanas intrépidas y heroínas de guerra. Por un lado, estas imágenes ayudaron a elevar el listón de las mujeres soviéticas; por otro, sus retratos reflejaban vívidamente la realidad de la época. Sin embargo, con las adaptaciones a la pantalla de clásicos rusos y mundiales, así como de películas históricas, también se podían ver heroínas sofisticadas: damas nobles, aristócratas y de sangre azul.

Irina Alfiorova

Cuando Irina Alfiorova era estudiante de 4º curso del Instituto del Teatro se hizo mundialmente famosa tras aparecer en la adaptación a serie de televisión de la novela de Alexéi Tolstói El camino a través del infierno (1977), que transcurre antes, durante y después de la Revolución de 1917. Hizo el papel de una conmovedora Daria Bulavinói Teleguina, de 26 años, y Alfiorova conquistó al espectador por su mansedumbre y dignidad.

En 1978, actuó en la película Campanas de otoño, basada en El cuento de la princesa muerta de Alexánder Pushkin, y en 1982, en la película Vasili Busláiev, donde interpretó el papel de joven princesa. En ambas obras, Alfiorova, de aspecto eslavo, luce orgánicamente trajes rusos antiguos.

Una auténtica estrella fue su papel de Constance Bonacieux, dama de honor de la reina francesa Ana de Austria, en la película musical de aventuras D'Artagnan y los tres mosqueteros (1978). En la interpretación de Alfiorova, Constance se convirtió en la encarnación de la ternura y la feminidad.

Margarita Térejova

La actriz, que ha sido comparada con Meryl Streep en Rusia, fue considerada una superestrella en las décadas de 1970 y 1980 en la URSS. Las adaptaciones a la pantalla de clásicos mundiales le dieron popularidad.

En la película basada en la comedia de Lope de Vega El perro del hortelano (1977), Térejova interpretó el papel de la orgullosa condesa Diana de Belleflore, enamorada de su secretario.

Hizo de aristócrata también en la película Marta la devota (1980).

En 1978, Terejova interpretó el papel de Milady en la película musical D'Artagnan y los tres mosqueteros. En la imagen de villana insidiosa - Milady - la actriz ganó fama como femme fatale de la pantalla soviética. Santa Constanza y su antagonista, la depredadora Milady, fueron los personajes cinematográficos más llamativos de finales de los años 60.

Tatiana Samóilova

La novela de Lev Tolstói Anna Karénina fue filmada más de treinta veces. Tatiana Samóilova, de 33 años, se convirtió en una de las intérpretes más brillantes.

En la película, la actriz creó brillantemente la imagen de una mujer de la alta sociedad. En la película Samoílova interpreta Anna de tal manera que va quitando capa a capa el lustre a la elegante y digna dama, que va perdiendo reputación, y revelando su frenética naturaleza amorosa.

La fría belleza de la Karénina de la pantalla -su palidez aristocrática, mirada ligeramente altiva, gravedad y expresiones faciales contenidas- contrasta con la ternura, sensualidad e inmediatez de la heroína, interpretada por Tatiana Samóilova. Esta es quizás una de las lecturas más acertadas de la icónica heroína de Tolstói.

Natalia Trúbnikova

La princesa británica Melicenta aparece en la película fantástica de viajes en el tiempo titulada 31 de junio (1978) y fue interpretada por la bailarina de 23 años Natalia Trúbnikova.

Este trabajo fue el único papel importante de su carrera cinematográfica. Melicenta parece conmovedora en su ingenuidad y franqueza infantil, pero se defiende bien a pesar de su fragilidad.

31 de junio sólo se mostró una vez en la televisión soviética. Después de que el bailarín del Bolshói Alexánder Godunov, que interpretaba uno de los papeles principales, pidiera asilo político en EE UU, la película fue archivada. “Temía que fuera anticuada, que pareciera ridículoa Pero hoy, cuando se vuelve a emitir, sigo recibiendo cartas sobre el amor por mi princesa. Un matemático de Canadá llegó a confesar: Melicenta me impresionó tanto que empezó a ocuparse profesionalmente de la posibilidad de las transiciones temporales e hizo el descubrimiento, que sirvió de impulso para la mejora de las comunicaciones móviles", dijo Trúbnikova en una de las entrevistas.

Tatiana Liutáieva

El talento y la belleza de Liutáieva ya eran evidentes en su primer papel cinematográfico. En 1987, a los 22 años, la actriz interpretó a la condesa Anastasía Yaguzhinskaia en la miniserie de aventuras históricas ¡Guardias, adelante!, que narraba las intrigas y conspiraciones en la corte de la emperatriz Elizaveta Petrovna (siglo XVIII).

Yaguzhinskaia interpretada por Liutáieva fue una propuesta seria de femme fatale, que tuvo una secuela en la película Vivat, gardemarini! (1991).

A lo largo de la cinta parece que la actriz no sólo seduce a sus fans de la pantalla. Sus delicados rasgos faciales y su porte regio, acentuados por su traje histórico, su alto peinado y sus enormes joyas, garantizan que Liutáieva se entregue con precisión a la imagen de una seductora aristócrata.

La actriz también ha aparecido en este papel poco rentable en su edad adulta.

Anna Samójina        

El drama amoroso La caza del zar (1990) está dedicado a la princesa Elizabeth Tarakanova, hija ilegítima de la emperatriz Elizaveta Petrovna.

Sin embargo, lo que ve el espectador no es la intrigante aventurera que fue este personaje histórico. En la princesa, interpretada por Anna Samokhina, de 27 años, no hay engaño; la actriz crea la imagen de una mujer indefensa, llena de amor y devoción, engañada. Una clásica "damisela en apuros" vulnerable que quiere ser empática y simpática mientras su salvador resulta ser un verdugo.

La película incluía escenas de cama que eran, para los estándares del cine soviético -y en opinión de una generación de espectadores mayores- exageradas. Esto afianzó el escandaloso estatus de Samojina como símbolo sexual del cine ruso a principios de la década de 1990.

Síguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes 

Estimados lectores,
Nuestro sitio web y nuestras cuentas en las redes sociales corren el riesgo de ser restringidos o prohibidos, debido a las circunstancias actuales. Por lo tanto, para mantenerte al día con nuestros últimos contenidos, simplemente haz lo siguiente:

  • Suscríbete a nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes
  • Suscríbete a nuestro boletín semanal por correo electrónico: debajo de cada artículo hay un espacio para hacerlo.
  • Habilita las notificaciones push en nuestro sitio web.
    Instala un servicio de VPN en tu ordenador y/o teléfono para tener acceso a nuestra web, aunque esté bloqueada en tu país.

LEE MÁS: 5 bellísimas actrices rusas que puedes seguir en Instagram 

La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.

Lee más

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies