Esta historia gira en torno a una joven y bonita aldeana llamada Mariushka, que recibe la pluma mágica de Finist el Halcón como regalo de su padre. La pluma le ayuda a invocar al Halcón, un apuesto príncipe, que se convierte en pájaro y visita a Mariushka cada noche a través de la ventana.
Cuando sus celosas hermanas ponen cuchillos afilados en la ventana, el halcón se hiere y vuela lejos, diciéndole a Mariushka que vaya a buscarlo. Entonces ella emprende un difícil viaje para encontrar a su amor. En el camino recibe la ayuda de diferentes animales y brujas y, finalmente, encuentra a su único amor, hechizado por una poción para dormir y casado con una reina. Sin embargo, ya es demasiado tarde para detenerse, y Mariushka persevera, supera a la reina y consigue despertar al príncipe y romper el hechizo. Un final feliz.
Este personaje es bastante feminista. Mária Morevna (del cuento del mismo nombre) es básicamente la reina guerrera que se encapricha del príncipe Iván Zarévich, que se topa con el campamento de su ejército. Se enamoran el uno del otro y él se convierte en un marido "que se queda en casa", mientras su esposa se va a otra misión de guerra. Se queda a cargo de la dirección de la casa, pero se le prohíbe entrar en el sótano donde, donde resulta, está encerrado el malvado Koshchéi.
La curiosidad se apodera de Iván y se apiada de Koshchéi, dándole un poco de agua. Esto, a su vez, da al malvado personaje la energía suficiente para escaparse y huir, llevándose a Mária con él a su lejano reino. Uno se pregunta si fue Mária quien encerró a Koshchéi en primer lugar. Y, de ser así, ¿podría volver a hacerlo, siendo una reina guerrera? En cualquier caso, Iván no decepciona a su esposa: consigue recuperarla y matar a su ex, asegurando su futuro pacífico y feliz.
Dibujo de V.N. Kurdyumov
Dominio PúblicoOtra belleza que, al principio, se presenta en forma de animal es la princesa cisne de "El cuento del zar Saltán". En el transcurso de la historia, el héroe principal, el bondadoso príncipe Gvidon, salva al cisne de un pájaro cometa, ganándose así su gratitud (ya que se trataba, en realidad, de un malvado hechicero).
A continuación, ayuda al Príncipe de todas las formas imaginables: construyendo una ciudad entera en una isla deshabitada, dándole una ardilla mágica y un ejército de 33 "caballeros del mar" que resultan ser sus hermanos. Finalmente, revela su verdadera forma humana como una hermosa princesa y se casa con Gvidon.
Vasilisa la Bella (del cuento del mismo nombre) tiene una historia bastante diferente. De niña, su madre moribunda le regala una muñeca mágica que la protege y ayuda en todo momento. Después de que su padre se vuelva a casar, Vasilisa tiene la clásica madrastra y unas hermanastras malvadas, que hacen todo lo posible por arruinar su bonito aspecto con trabajos duros, pero sin éxito.
Finalmente, la envían directamente a la malvada Baba Yaga, devoradora de niños, con la esperanza de que la bruja se deshaga de la bonita joven. Pero, con la ayuda de su muñeca mágica, Vasilisa consigue burlar a Baba Yaga y sale no sólo ilesa, sino con un regalo: una calavera humana encantada con fuego dentro. Este último básicamente "quema" a los parientes adoptivos de Vasilisa de corazón negro durante la noche.
Después, todo va sobre ruedas: encuentra una buena anciana con la que vivir, empieza a hacer la más exquisita ropa de cama para el zar, que se enamora y se casa con ella. Otro final feliz.
¿Quién querría casarse con una rana? Nadie, ¿verdad? Sin embargo, en el popular cuento ruso "La princesa rana", una rana resulta ser nada menos que una princesa hermosa e inteligente que además puede hacer cosas mágicas.
La historia comienza cuando el zar ordena a sus tres hijos que encuentren a sus futuras esposas lanzando una flecha en una dirección al azar y viendo dónde cae. El príncipe más joven, Iván Zarévich, tiene la "suerte" de enviar su flecha justo a un pantano donde vive una rana. Iván está a punto de volver sin novia, pero la rana le dice que se case con ella de todos modos. "No te arrepentirás", le dice. Por lo visto, ¡una rana parlante era algo que existía en la antigua Rusia!
En cualquier caso, la rana no decepciona. Todas las noches se transformaba en la bella y joven, llamada Vasilisa la Sabia, y ganaba en todo a las tres pretendientas que había para impresionar al zar: cocinaba el mejor pan karavai, tejía la alfombra más bonita y ejecutaba la mejor danza en su forma humana.
Todo va bien hasta que Iván decide quemar la piel de rana de su esposa. Vasilisa no puede quedarse sin ella, así que se convierte en cisne y se va volando, diciéndole a Iván que la encuentre en el reino de los Koshchei (que es, al parecer, el responsable del hechizo).
Todo termina bien, por supuesto: Iván vence al malvado hechicero y trae a Vasilisa de vuelta a casa.
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