Bienvenidos a un típico apartamento soviético. Empecemos a explorarlo desde la misma entrada, ¿vale? Te encontrabas un perchero y un lugar para quitarte los zapatos (¡Sí, no te olvides de quitártelos!) y ponerte tapochki, o zapatillas de casa. Por lo general, también había una pequeña mesa con un teléfono y un espejo.
El pasillo, el vestíbulo... son incluso palabras demasiado grandes para la entrada de la mayoría de los apartamentos soviéticos. Normalmente había menos de dos metros de espacio en esta zona de la vivienda.
Normalmente, un pasillo llevaba a las habitaciones y a la cocina. En los apartamentos comunales, a veces eran tan grandes que los niños podían atravesarlos en bicicleta. Por lo general, la gente los utilizaba para guardar algunos artículos domésticos.
Sin embargo, los pasillos de los edificios residenciales de la jrushchovka eran increíblemente estrechos, de apenas un metro de ancho. En los apartamentos más nuevos (como el de la foto de abajo, construido antes de los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú), había una especie de vestíbulo con un espacio más amplio.
Muchas decisiones de diseño e interiorismo surgieron a la falta de espacio, ya que la mayoría de los apartamentos soviéticos construidos a partir de los años 60 eran muy pequeños. Así que, incluso en el pasillo, se podían guardar las cosas más variopintas, como bicicletas o trineos colgados en la pared. O, por ejemplo, colocar estanterías para libros.
Ya que hemos mencionado las estanterías para libros, probablemente sea justo hablar más de esta parte absolutamente ESENCIAL de cualquier apartamento soviético.
Había grandes estanterías y librerías (y una lámpara de pie para dar luz al lector).
Y también estanterías separadas que podían transformarse, como el Tetris, y colgarse en la pared en posiciones aleatorias.
Recuerda que la Unión Soviética era gran una nación lectora. Si no había más espacio para los libros, se colocaban en pilas por todo el apartamento.
Ahora, síguenos a la parte más importante del apartamento soviético (y del estilo de vida soviético): la cocina. Todas las conversaciones importantes tenían lugar en la cocina...
Sin embargo, la mayoría de las cocinas eran tan pequeñas que a veces una familia de cuatro personas apenas podía cenar junta...
Por lo general, estaba equipada con una encimera, un frigorífico, una cocina de gas, un fregadero y una pequeña mesa.
Normalmente, había taburetes con patas que se podían desenroscar. Las sillas adicionales se guardaban en algún lugar detrás del armario. Sólo unas pocas cocinas estaban equipadas con sillas normales con respaldo, simplemente porque estas requerían más espacio.
Era habitual que se reunieran muchos invitados en estos pequeños apartamentos, a menudo con motivo de cumpleaños u otros eventos (incluso bodas). Los soviéticos de a pie simplemente no tenían dinero para restaurantes. Así que, si venían invitados, la mesa de la cocina solía trasladarse al salón (o, si había suerte, algunos apartamentos tenían mesas plegables para esas ocasiones).
Después de la cena, la mesa se trasladaba a un rincón y el espacio se convertía en una pista de baile improvisada.
Por lo general, el salón era también el comedor, la sala de recreo, el gabinete y el dormitorio de los padres. O bien, podía ser la única habitación y todos dormían allí. (Y una familia entera también podía tener simplemente una habitación en un apartamento comunitario).
Al mismo tiempo, en un apartamento soviético no solía haber un dormitorio propiamente dicho y muy pocos soviéticos tenían una cama doble, prefiriendo un sofá plegable que ahorraba espacio. Y se plegaba y desplegaba todos los días.
Los niños de la escuela también hacían los deberes en el salón.
Y era un puro lujo si un niño conseguía tener su propia habitación. Normalmente, había que compartir un dormitorio con los hermanos... o incluso con los abuelos.
Esa es otra cosa peculiar del apartamento soviético. Todos los muebles estaban orientados hacia... la televisión. Todos los sofás, sillas y sillones. Era una especie de centro de gravedad soviético. Los adultos veían los informativos todos los días, mientras que los niños veían el programa infantil ¡Buenas noches, pequeños!
Seguramente ya te habrás fijado en la alfombra... Todos los apartamentos soviéticos tenían alfombras y la costumbre de poner grandes alfombras en el suelo se mantiene hasta hoy, ya que la gente que creció en la URSS no se siente “cómoda” con un suelo “desnudo”.
También se colgaban alfombras en las paredes... En primer lugar, para mantener el calor, porque las paredes de los edificios residenciales soviéticos no siempre salvaban de las temperaturas gélidas. Pero también era un signo de prosperidad.
Otra cosa que tenía tanto sentido como alfombra de pared era un mueble que mostraba juegos de vajilla ceremonial y cristalería, así como juegos para el té y el café. El caso es que no se utilizaban NUNCA. Esta vajilla era para mirarla, no para comer o beber en ella. Aunque, de vez en cuando, se utilizaban en ocasiones especiales. Hoy en día, la gente suele bromear con que estas ocasiones eran probablemente la visita de alguien no menos importante que la Reina de Inglaterra o el Secretario General del Partido Comunista Soviético.
A pesar de que los apartamentos tenían tan poco espacio, la gente siempre podía encontrar sitio, no sólo para las estanterías, sino también para un piano...
...para una guitarra...
...para un fonógrafo (y otros tocadiscos)...
...y para retratos o bustos de Stalin o Lenin.
Bueno, parece que hemos completado nuestro recorrido por un típico apartamento soviético. Oh, espera, ¡también está el balcón!
Al no tener suficiente espacio para el almacenamiento, el balcón solía utilizarse no como un bonito lugar para plantar flores y sentarse en sillas de jardín, sino como un almacén con todo tipo de trastos.
Viejos esquís de madera, tarros para encurtidos, televisores y radios rotos... descubre aquí lo que puedes encontrar en un balcón ruso.
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