El corto de animación ruso ‘Boxballet’, preseleccionado para los Oscar

Cultura
VALERIA PAIKOVA
¿Qué ocurre cuando un boxeador con aspecto de tanque se enamora de una frágil bailarina? Ese es el argumento de ‘Boxballet’, el único dibujo animado ruso que ha sido preseleccionado como ‘Mejor cortometraje de animación’ en los Oscar.

Boxballet, dirigido por el prometedor director ruso Antón Diakov, presenta a una encantadora bailarina de piernas largas llamada Olga y a un boxeador de aspecto duro llamado Evgueni (del tipo del antiguo campeón de los pesos pesados Nikolái Valuev). Sus caminos se cruzan accidentalmente cuando Evgueni rescata del árbol al gato de Olga y se enamora perdidamente de la bailarina. Pero no es la clásica historia del tipo La Bella y la Bestia. Evgueni perderá el sueño y tendrá que mover montañas para conquistar el amor de su única. Incluso dejará de boxear para estar con su amada.

Boxballet sólo dura 15 minutos, pero lo tiene todo: amor, esperanza, sueños y sacrificio, ¡todo ello sin decir una palabra! El cortometraje tiene incluso un personaje moderno de un villano del #MeToo: un director de escena, que intenta seducir a Olga ofreciéndole el papel principal en Giselle si se acepta su propuesta de cortejo.

En Boxballet, Diakov yuxtapone brillantemente lo feo y lo bello, lo tonto y lo inteligente, lo rudo y lo elegante. Su sentido del humor es muy agudo. “Un buen sentido del humor es imprescindible, junto con una profundidad emocional y un sentido de la magia”, dice Diakov, un fan de Charlie Chaplin y Buster Keaton. “Un corto de dibujos animados tiene que ser ágil, preciso, fresco y descarado”, opina.

Curiosamente, el corto de animación está ambientado en agosto de 1991, durante el célebre intento de golpe de Estado que desencadenó el colapso de la Unión Soviética. El 19 de agosto, todos los canales de televisión del país se apagaron y no reprodujeron nada más que el tranquilizador ballet clásico El lago de los cisnes de Tchaikovski, una y otra vez.

A principios de este año, Boxballet obtuvo la nominación a la “Mejor Obra de Animación” en el festival de cortometrajes Koroche de Kaliningrado. También ganó el Premio Nacional de Animación de Rusia Ikar.

Los cortometrajes de animación de Diakov Vivat, Musketeers! (2017), 'Ying y Yana. Forbidden Food' (2014) y Python and the Watchman (2015) se proyectaron en muchos festivales internacionales, desde Annecy hasta Chicago.

Diakov nació en 1980 en el seno de una familia de artistas en Almati (entonces Alma-Ata, en la RSS kazaja). Su padre era artista gráfico e ilustrador. Antón mantuvo un gran interés por el cine desde la infancia. Antes de dedicarse a la animación, trabajó en publicidad durante más de una década. 

Uno de sus dibujos animados favoritos es La reina de las nieves, de Lev Atamanov. La película de animación soviética dibujada a mano, basada en el cuento homónimo de Hans Christian Anderson, se convirtió en un éxito instantáneo cuando llegó a la gran pantalla a finales de la década de 1950. El cineasta japonés Hayao Miyazaki recordaba que cuando vio La reina de las nieves por primera vez, se decidió por fin a dedicar su vida a la animación y se dio cuenta de a qué debía aspirar profesionalmente.

Diakov afirma que siempre se sorprende cuando sus cortometrajes reciben elogios de la crítica y se exponen en Occidente. “Siempre es un placer saber que a alguien le gustan tus creaciones. No hace mucho, se puso en contacto conmigo John Musker, que escribió y dirigió La Sirenita. Aunque parezca mentira, me encontró en Instagram y me escribió para decirme que había visto mi Boxballet y que le había gustado mucho. Me quedé en por las nubes al recibir semejantes comentarios. Siempre he pensado que hago mis dibujos animados para aquellos con los que comparto un lenguaje común”, dice Diakov con un toque de ironía.

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